¿El psicoanálisis cura?

Según Lacan la cura acontece por añadidura, es decir, es un efecto secundario del proceso analítico. El analista tiene que quedar destituido como figura ideal, como ideal del yo.

23 SEP 2020 · Lectura: min.
¿El psicoanálisis cura?

Según Lacan la cura acontece por añadidura, es decir, es un efecto secundario del proceso analítico. El analista tiene que quedar destituido como figura ideal, como ideal del yo, sino se vuelve a reproducir toda la cuestión de estructuración subjetiva y de la estructuración del superyó. En última instancia, el destino del analista es quedar como resto, como resto desechable que es lo que es en realidad el objeto a y el objeto del deseo, lo que queda es un resto.

Esa destitución del analista es lo que permite romper con la transferencia, ¿cómo cura? ¿por qué cura? Desde el punto de vista económico freudiano, se podría decir por una redistribución de las cargas libidinales que se produce en la articulación de las asociaciones en la regla fundamental (asociación libre de ideas freudiana) o también se podría pensar que el trabajo de levantar la represión lo enfrenta al sujeto con el orden de la falta y eso de alguna manera implica de que no hay garantes. No hay Otro del Otro; implica el reconocimiento de la castración, pero de la castración en el Otro, en el Otro materno, que esto es lo fundamental.

Porque en algún lugar Freud plantea que el neurótico está dispuesto a cualquier sacrificio para no enterarse de que la madre está castrada. Haciendo una lectura reduccionista el análisis empieza a curar cuando se empieza a reconocer que no hay un Otro que garantice algo, que no hay garantes.

Es ahí cuando se da el "autorizarse a sí mismo". No se produce un cambio de estructura subjetiva ni hay una transformación, pero sí se puede operar de otra manera con el fantasma. Saber-hacer con eso.

Se ve pues, que toda esta dinámica es contraria no solo a cualquier psicología del yo, sino genéricamente hablando, a toda psicología en general. No se trata de la identificación con la parte sana del yo del analista como tampoco con la reeducación emocional del analizante.

Sostener la identificación con la parte sana del analista es ubicarse en posición de un Otro no barrado, de un Otro no castrado, de un Otro omnipotente. Es, dicho de otra forma, reforzar las condiciones de padecimiento porque estamos reforzando la estructura y la estructura en términos subjetivos, no es más que defensa. Estructura y síntoma aquí se dan la mano. Por tanto, el analista no debe estar en posición de ideal para el analizante. He aquí una importante herida narcisista que debe producirse y no es posible ahorrársela, si de la dirección de la cura se trata.

La reeducación emocional del analizante es contrario al corazón de los postulados psicoanalíticos. Ya la noción de inconsciente excluye cualquier tipo de educación, cualquier tipo de ortopedia pedagógica, cualquier tipo de domesticación. Freud ya decía, es imposible gobernar, educar y psicoanalizar: añadamos completamente. Hay del orden de lo que no se gobierna (el Ello freudiano), de lo que no se puede educar (lo inconsciente propiamente dicho) y de lo que no es susceptible de psicoanalizar (lo Real).

El psicoanálisis no va en contra de la educación porque de todos modos es necesario que alguien acuse recibo de ella, de lo que va en contra es de la idea de que todo es educable. Y, por antonomasia, de todo aquello que se enarbole totalizante, completo, acabado.

Demás está decir que todas las intervenciones del analista -a mi juicio- tenderán a respetar estos principios e irán en la dirección antedicha, tendientes a del lado del analista no sostenerse como ideal y promoviendo el cuestionamiento del padecimiento del analizante, para que pueda implicarse subjetivamente en su malestar. Salir de la posición victimista de la predestinación divina, de los maltratos del destino, de la inevitable corrupción a la que estamos sometidos por el paso del tiempo y de nuestra condición material efímera.

Por otra parte, todo análisis recorre lo que se denomina el "atravesamiento del fantasma", es decir, una incursión por la novela que guía y estructura nuestra realidad con los otros y con el mundo. La propia experiencia de análisis siempre nos servirá de guía, sobre todo para saber cuándo el diablo mete la cola.

¿Querés seguir leyendo?

¡Muy fácil! Accedé gratis a todos los contenidos de nuestra plataforma con artículos escritos por profesionales de la psicología.

Al continuar con Google, aceptás nuestras Condiciones de uso y Política de Protección de Datos


PUBLICIDAD

Escrito por

Lic. Juan Ignacio Molinari

Ver perfil
Dejá tu comentario

PUBLICIDAD

últimas notas sobre actualidad

PUBLICIDAD