A mi hijo le cuesta mucho hacer sus tareas

Los problemas a la hora de hacer las tareas escolares pueden originarse en trastornos como TDAH o dislexia, sin embargo en la mayoría de los casos la causa es falta de motivación.

26 OCT 2018 · Lectura: min.
A mi hijo le cuesta mucho hacer sus tareas

El sistema escolar en nuestros tiempos arrastra un infinidad de problemas socioeconómicos y de decisiones políticas que siempre se evidencian con niveles de gravedad en el día a día de las escuelas, y quienes la pagan son nuestros niño/as que en la mayoría de los casos se aburren en la escuela, y en no pocos se evidencia un verdadero rechazo a todo lo que tenga que ver con la institución educativa.

Para el caso de aquellos que tienen problemas de aprendizaje las maestras deben adaptar los tiempos para que el conjunto de los niño/as pueda internalizar los conocimientos, mientras algunos de aprendizaje rápido terminan aburriéndose de inmediato, sin contar las diferencias socioeconómicas, el día a día de cada niño/a, los hábitos de aprendizaje digital que traen de la casa.  En definitiva las maestras se encuentran con un desbordamiento de la situación porque el sistema educativo no logra adaptarse a los nuevos tiempos, ni a los niño/as que necesitan ayuda psicológica, ni a los que están más estimulados que el común de sus compañero/as.

El resultado de todo esto suele ser para la/os docentes "hacer lo que se puede", y en el medio quedan nuestros hijo/as que siempre ponen peros para ir a la escuela y desmotivado/as a la hora de hacer los deberes.  

Frente a un niño/a que nunca quiere ponerse a estudiar, no debe descartarse la posibilidad de trastornos psicológicos como TDAH, la dislexia u otros problemas del aprendizaje. Descartados estos problemas con un profesional de la salud como puede ser un médico, psicóloga, psicopedagogo o psiquiatra, lo habitual es que nuestros hijo/as estén atravesando por un proceso de desmotivación frente a todo aquello que tenga que ver con el conocimiento institucionalizado.

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La implicación de la familia en los procesos educativos 

Parece algo obvio, pero no todas las madres y padres se ocupan de la educación de sus hijo/as. Por múltiples razones como son en general las largas horas de trabajo y cansancio posterior, muchas familias delegan en la escuela y las maestras el "deber" de enseñar a sus hijo/as todo lo referente a su educación básica e institucionalizada. 

A veces sencillamente no tienen tiempo porque se cruzan a sus hijo/as el tiempo mínimo para compartir la comida o algunas horas de juego, que son igual de importantes en el proceso educativo. Pero estas actitudes deberían revertirse en algún punto, porque contribuyen innegablemente en la motivación escolar.

Hay otras madres y padres que hacen lo contrario. Llegan a sustituir el esfuerzo y trabajo diario de los hijo/as a veces porque creen ayudarlos y otras porque no tienen la paciencia para dejarlos que se equivoquen en el proceso de aprendizaje. Estos suelen resolverles las tareas escolares.

Lo ideal es apoyarlos y acompañarlos un rato cada día, dejarlos que resuelvan primero y ayudarles a tejer estrategias para resolver los problemas que se presenten al hacer las tareas. Muchas veces al niño/a se le hace fácil resolver los deberes, pero tienen tan pocas ganas de hacerlos que dan vueltas, inventan historias, los hacen mal a propósito. 

En estos casos hay que revisar nuestras estrategias de creatividad y ponernos manos a la obra para que el momento de las tareas sea lo más ameno posible para todos. ¿Cómo?

  • Buscá un lugar de la casa que sea cómodo, lo más silencioso posible para evitar dispersión, lejos del televisor. 
  • Encontrá un horario más o menos fijo donde puedas sentarte con ellos exclusivamente. No tiene que ser toda la tarde o la mañana, si lo hacés todos los días una media hora debería bastar, por lo menos en niño/as de educación primaria.
  • Diseñá técnicas de estudio para cada materia. Si le cuesta resolver matemáticas tratá de explicarle los números con ejemplos de su realidad inmediata. Si el problema es la comprensión de textos, desarrollá en tu hijo/a y en vos misma el hábito de la lectura. Contale historias de la familia cual si fuera un relato literario, que lo motiven a relacionar su experiencia de vida con las tareas, para comprender esa "obligación" de aprender que tanto suelen echárnosla en cara.  
  • Este hábito debe tener pautas claras, y horarios definidos, en lo posible. Es decir una rutina que debe seguirse, y aunque al principio resulte tortuosa, poco a poco se convertirá en una actividad más como tomar la leche, jugar a la play, lavarse los dientes o mirar una película. Por ejemplo, definir una hora para levantarse, una hora para los deberes,  una hora para jugar, una para cenar, una para acostarse.

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¿Y si aún así no lográs motivarlos? 

El fortalecimiento de la autoestima y el manejo de la motivación hacia actitudes de superación no son fáciles de lograr, ni a corto plazo. Tampoco es una misión imposible; pero suele ser muy efectiva la consulta a un psicólogo/a especializado en psicología infantil, en casos de frustración por parte de madre y padre que no logran una buena comunicación con sus hijo/as, y menos aún acompañarlos en el proceso de aprendizaje.

Otras técnicas útiles 

  • Hablá con tu hijo/a, aunque no parezca escucharte, sé paciente y perseverante.
  • Decile que confiás en sus logros e iniciativas, siempre en un lenguaje positivo, basado en sus fortalezas y no en sus pocas ganas de hacer las tareas. Así estarás fomentando su autonomía.
  • No lo compares con sus hermano/as o compañero/as de curso que evidencien mejor rendimiento. Cada niño/a tiene sus tiempos, sus alegrías y tristezas, su manera de ver el mundo.
  • Valorá sus progresos y reforzá esas actitudes.
  • Exigile siempre de acuerdo a su rendimiento diario, tratando de ajustarlo a las expectativas académicas.
  • Aprendan -ambos- de los errores, reflexionen sobre ellos, para seguir avanzando.

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Comentarios 3
  • Anahi Vera

    Creo que este será mi primer paso para mi rendimiento escolar, ya estoy en 5 año de la secundaria y me he estado sintiendo extraña, me contaba mucho volver a concentrarme, raro antes lo podía hacer aunque no tuviera ganas, tal vez sea es desgaste de los año y el abrumarme pensando que seguiré estudiando para el año que viene. Empezaré a esforzarme más, espero mantenerlo constante y no exigirme mucho. Gracias por la información, me sirvió de mucho y sus consejos los comenzaré a aplicar, tal vez así será más llevadero volver a tener buen rendimiento escolar y superarme cada día, gracias.

  • Paula villalba

    Muy buena información, a mi nena le cuesta hacer la tarea sobre todo cuando yo la ayudo porque me hace la contra en todo y dice q no entiende lo que le explico pero en realidad sabe.

  • Margarita acosta

    Muy buen informe, tengo una nieta que no quiere hacer tarea y tampoco copiar en clase, los padres no saben qué hacer, tiene 6 años pero sin embargo aprendió a leer.

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