Bienestar Psicológico durante el aislamiento

El bienestar psicológico se cultiva y se construye. Aprendamos a vivir de una manera más enriquecedora y positiva en tiempos de crisis, aislamiento social o en un contexto de encierro.

13 ABR 2020 · Lectura: min.
Bienestar Psicológico durante el aislamiento

¿Y por qué no pensar esta crisis no sólo como un peligro sino como una oportunidad para realizar cambios y generar un mejoramiento en la calidad de vida en general?

El bienestar es algo que se cultiva y se construye. Es lo que podría marcar la diferencia entre vivir esta experiencia de un modo únicamente negativo, incierto o desagradable y vivirla de un modo más enriquecedor e inclusive con posibilidades impensadas previamente.

Son varias las cosas que se pueden realizar para cultivar el bienestar aún en tiempos difíciles. Les menciono algunas de ellas:

  • Establecer rutinas positivas dentro de la casa. Ser estrategas y organizados.
  • Utilizar tiempo para cocinar comidas saludables. Elegir alimentos nutritivos.
  • Hidratarse adecuadamente y limitar el consumo de alcohol.
  • Descansar mejor. Dormir la cantidad de horas requeridas para un buen descanso. Intentar de respetar los horarios que veníamos teniendo antes de la cuarentena. No olvidar que el sueño cumple una función restauradora tanto física como psicológica.
  • Realizar actividad física y tener una rutina de ejercicios para hacer en casa es clave. Existen diferentes opciones para todas las edades. La utilización de aplicaciones y vídeos de youtube con clases de actividad física o secuencias de ejercicios pueden ser muy útiles. Además, poder aprovechar el tiempo para limpiar, bailar con música, subir y bajar escaleras, o realizar ejercicios de respiración sentados o acostados.
  • Utilizar momentos compartir actividades en familia, al mismo tiempo que se respeten los espacios individuales.
  • Mantener el contacto interpersonal con amigos y otros familiares no convivientes, sin que implique un contacto directo. Aprovechar para hacer visitas telefónicas y digitales, individuales o grupales a través de alguna plataforma.
  • Estimular la lectura. Volver a leer ese libro abandonado o arrancar alguno que nos haya quedado pendiente. Si no lo tenes físicamente, podes obtenerlo de manera virtual.
  • Aprender algo nuevo que sea de interés personal. Existen infinidad de cursos virtuales. Utilicemos el tiempo libre para hacer cosas pendientes.
  • Es un buen momento para orden y limpieza. Por ejemplo: revisar qué cosas están en desuso en la casa y que podrían donarse. Prepararlas en bolsas para cuando puedan ser entregadas o retiradas de la casa.
  • Tratar de lograr un buen balance ocupacional entre las rutinas vinculadas al estudio y/o al trabajo, y las actividades de ocio y recreación.
  • Realizar pausas recreativas mientras estés trabajando o estudiando. Por ejemplo: realizar una meditación de 10 minutos o alguna clase corta de yoga, stretching, etc. Esto ayuda a disminuir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
  • Estimular la creatividad realizando tareas o actividades que te apasionen: pintar, hacer mándalas, escuchar música, bailar, dibujar, escribir, conversar con un amigo, jugar en la computadora. Si hacés algo que te entusiasma se pierde la noción del tiempo, del espacio y de uno mismo "transportándose" a un estado muy placentero que produce bienestar. Esto sucede porque baja la ansiedad y el estado de alerta, dos objetivos importantes para este momento.
  • Practicar la ecuanimidad: entendiéndola como una actitud interna de equilibrio y calma que implica darnos cuenta de lo que nos pasa con atención comprensiva y amable con nosotros mismos. Por ejemplo: encontrando la justa medida del consumo de información o evitando el efecto del contagio emocional que producen a veces, la ansiedad, el pánico y la preocupación excesiva. Ser ecuánimes significa no perdernos a nosotros mismos en el mar de incertidumbre y negatividad, sino más bien parar y desde una mirada serena poder preguntarnos, ¿cuál sería la respuesta más adecuada y beneficiosa para mi bienestar y el de los otros?
  • Esto nos ayuda a ordenarnos, y a que podamos dar la mejor respuesta posible a lo que realidad cambiante nos va presentando.
  • Así como tomamos medidas preventivas para evitar contagiarnos y reducir el riesgo de contagiar a otros en nuestra comunidad, tenemos en nuestras manos la posibilidad de tomar acción para reducir el impacto que toda esta situación tiene en nuestra salud mental y nuestro bienestar.
  • Trabajemos entonces por el desarrollo de un optimismo inteligente, que no pretenda idealizar ni negar o falsear la realidad, sino que facilite el despliegue de una actitud que busque obtener el aspecto positivo de este desafío que nos toca vivir, poniendo el foco en lo que sí se puede, siendo conscientes de las limitaciones y la realidad de la situación; pero centrándose en las posibilidades y oportunidades de construir una sociedad mejor y transformar esta situación en una experiencia de resiliencia que nos permita enfrentar la adversidad y salir fortalecidos como comunidad.

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Escrito por

Rocío Lombardi

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