¿Cómo se diagnostica la “adicción al sexo”?

La adicción al sexo es una adicción comportamental, se mide por una explosión de neurotransmisores que sucede en el orgasmo y genera sentimientos de plenitud, alucinación y poder.

7 JUL 2018 · Lectura: min.
quienes padecen una adicción comportamental no pueden dejar de repetir la conducta, de no hacerlo presentan niveles de ansiedad muy intensos que sólo se calman al generar la conducta nuevamente.

Tiene una vinculación con el trastorno obsesivo compulsivo y con las adicciones químicas, como el resto de las adicciones del comportamiento, es decir, las vinculadas a actividades humanas a menudo placenteras, no relacionadas con la ingestión de sustancias químicas. Así, como un adicto a las drogas, quienes padecen una adicción comportamental no pueden dejar de repetir la conducta, de no hacerlo presentan niveles de ansiedad muy intensos que sólo se calman al generar la conducta nuevamente.

Criterios para diagnosticar el desorden hipersexual

Un equipo de profesionales de la salud de la Universidad de California han establecido una lista de criterios para diagnosticar el nombrado "desorden hipersexual" como un tipo más de trastorno de la salud mental.

Sostienen que los adictos al sexo incluyen en sus conductas un síntoma repetido de fantasías sexuales y recurren a la actividad sexual como respuesta a estados de depresión o estrés. También se da que estas personas no logran tener éxito en la reducción de la actividad al darse cuenta que esta es la problemática.

No obstante haber sido reconocida en la década del 80 como un trastorno mental, hoy en día la adicción al sexo no está considerada dentro del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Desórdenes Mentales (DSM-5), entendido como una "biblia de la psiquiatría", y los profesionales que han elaborado los criterios pretenden que se la incluya.

Los adictos al sexo, ¿qué pretenden aliviar con su práctica?

La adicción al sexo se estima que afecta de un 9-12% de los hombres y de un 1-6% de las mujeres que pretenden aliviar síntomas de base como: desesperación, problemas de identidad, sentimientos de angustia y vacío, síntomas de depresión, sentimientos de frustración y desesperanza, entre otros.

El contacto sexual trata de aliviarlos pero no logra eliminarlos, sino que los disminuye de modo transitorio. Al reaparecer posteriormente, el sujeto toma el impulso de repetir la conducta inmediatamente, descuidando la sensualidad e intimidad. Puede suceder que tampoco reparen en las medidas de protección más elementales y por ello son frecuentes las enfermedades de trasmisión sexual entre quienes padecen de esta adicción.

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