Creencias disfuncionales en el pánico

En los trastornos de ansiedad por pánico y agorafobia emergen alteraciones que se desarrollan en la personalidad donde prevalecen rasgos de dependencia afectiva, ambivalencia y con mucha frecuencia conductas de tipo evitativo. En la medida que las conductas aversivas- evitativas se profundicen, mayor es el conflicto interno de debe ser dilucidado en terapia.

No basta solo un tratamiento en donde farmacológicamente se supriman los síntomas, los trastornos de ansiedad deben ser tratados por psicólogos especializados en el tema, ya que si no se tratan las creencias internas del paciente, puede reaparecer el cuadro en cualquier situación de estrés que se presente en el futuro.

En el encuadre cognitivo se van modificando las creencias que sostienen el malestar y al mismo tiempo se facilita el aprendizaje de formas estratégicas de afrontamiento de situaciones aversivas.

Las personas con estados de pánico y agorafobia presentan un miedo intenso ante amenazas reales o imaginarias que alteran de manera dramática su manejo vital y control emocional, se encuentran vulnerables desde el inicio del trastorno. Existe un antes y un después en sus vidas, y muchas veces esta situación las lleva a pensar que este estado permanecerá de forma indefinida y estas creencias subyacentes pueden llevar a estados de depresión significativos aumentando la fragilidad y agravando el cuadro. Es por eso que cuando más temprano se trabaje terapéuticamente el trastorno, se evitará la comorbilidad depresiva, que de presentarse es el primer objetivo a tratar.

Entre las creencias disfuncionales más comunes encontramos:

"Tener un ataque de pánico en una situación X significa que definitivamente tendré otro en toda situación similar".

"Tengo que escapar de la situación cuando comienzo a tener síntomas, o algo terrible podría ocurrir".

"Mi corazón simplemente no soportará tanta ansiedad".

"Si existe una chance de sentirme incómodo o ansioso, es mejor permanecer cerca de alguien que me pueda ayudar".

"Cuando viajo de vacaciones, tengo que asegurarme de que mi alojamiento esté cerca de un centro de salud".

Específicamente los pacientes que sufren pánico tienen un miedo atávico a la pérdida de control, por lo tanto las técnicas de desensibilización gradual planificadas a cada paciente -previa evaluación de situaciones que generan ansiedad y miedo a padecer una crisis- permiten afrontamientos para desestructurar un estilo de vida marcado por la evitación, potenciando un modo de manejarse adaptativo que genere una mejor calidad de vida; extinguiendo no solo el estímulo temido sino dilucidando las falsas creencias que el paciente sostenía y que limitaban su accionar, atentando contra la continuidad del self.

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