Crisis existencial: aprender ya es triunfar

Una crisis existencial afecta nuestro sentido de identidad, esa esencia que nos diferencia de los demás, dándonos el sentido de "yo soy".

Cuando la atravesamos, angustias, ansiedades intensas, primitivas, confusión, vacío interno, desesperación por algo perdido y por sentirse atrapado nos invaden, imposibilitándonos proyectar... hasta los próximos minutos.

La crisis puede estar vinculada a una situación vivida como traumática y un modo de lidiar con ella es haciendo activo lo vivido pasivamente.

Sentimos que las circunstancias nos manejan, quedando a merced del mundo… lo que genera más angustia al no saber qué quiere ese mundo de mí.

De ahí al aislamiento y así a un círculo negativo al infinito

Una salida posible es aprender activamente a la situación desde el accionar; re-hacernos a nosotros mismos.

Abrazar a la crisis es implícitamente tomarla como una oportunidad: de fortalecernos, crecer, modificar, proyectar hacia nuestro propio bienestar.

Responder a las preguntas que la atraviesan: por el sentido de la vida, del propio ser, la felicidad, cómo continuar y otras, en acto –donde algo del orden del deseo genuino se pone en juego- haciéndonos responsables de cada respuesta al construirla, con autonomía y libertad; capturar la imagen que nos devuelve el espejo transformándola en el transcurso -desde nuestra mirada positiva- construye y reconstruye nuestra esencia, acorde a lo que realmente deseamos para nuestra vida.

Para esto requerimos un previo pasaje interno de los vínculos desde el nivel de la necesidad: nos aferramos a lo externo como cuestión de vida o muerte, dependiendo, al nivel del deseo: elegimos libre-mente, con autonomía- Esto requiere previa estabilización anímica.

En psicoterapia damos sentido a la pregunta por el mismo al proyectar, accionar y reconstruir-nos en el proceso. Con la técnica del juego afianzamos la posición activa. Con hipnosis regresamos a tiempos y espacios primitivos ligados a lo actual, transformándolos.

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