Cuando te dicen que tu hijo tiene cáncer

La mayoría de los padres y madres tienen como primera reacción la incredulidad ó negación del diagnóstico. Luego llegan el miedo, la culpa, la tristeza y el enojo.

13 FEB 2018 · Lectura: min.
Es importante que las madres y padres estén a la altura de las circunstancias mostrando alegría a ese pequeño/a que -dependiendo de la edad- no tendrá mucha idea de lo que le está pasando.

Todos estos sentimientos son normales en madres, padres y familiares de niños diagnosticados con cáncer.

Nadie está preparado en la vida para escuchar semejante noticia. Suele experimentarse como un aturdimiento, una confusión, no pueden pensar con claridad. El aturdimiento que genera la conmoción por la enfermedad los ayudará a asimilar lentamente los cambios y sentimientos dolorosos que se avecinan.

Consejos para el primer impacto de CONMOCIÓN

  • Saber que lo que están experimentando es una reacción normal.
  • Buscar refugio en la familia, no aislarse.Ir a las consultas con uno de ellos para que anote lo importante.
  • Buscar la ayuda terapéutica psicológica ó de un trabajador social y hablar sobre sus sentimientos.
  • Pedir al personal médico que repita la información.
  • Saber que los sentimientos de conmoción son pasajeros.

La Negación al diagnóstico

La negación demora los sentimientos dolorosos. También es una forma para ganar tiempo en adaptarse al diagnóstico de su hijo y buscar otras opiniones, distintos especialistas. Si esta reacción no interfiere con el tratamiento del niño, no hay que preocuparse por ella.

Consejos para el segundo momento de NEGACIÓN

  • Preguntar y obtener respuestas a todas las preguntas.
  • Consultar con otras fuentes de información sobre el diagnóstico y el tratamiento. Pedir una segunda opinión.
  • Verificar la calidad del centro médico y la experiencia del equipo de profesionales que estará a cargo del tratamiento.

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La aparición del Miedo y la Ansiedad

Todas las personas tenemos miedo al cáncer. Es posible que nuestra única experiencia con el cáncer haya sido con un pariente adulto mayor. O que le haya tocado a parientes de amigos. Todos hemos escuchado algún comentario acerca de esta enfermedad y su difícil tratamiento. Incluso la certeza de oídas de que es un sinónimo de muerte.

El temor a la muerte es una sombra que acompañará en todo el proceso de la enfermedad. Y es algo que los médicos no pueden aliviar porque ninguno de ellos puede garantizar exactamente cómo cada persona responderá al tratamiento contra el cáncer. Proteger a un hijo es la función primera y principal de uan madre y un padre. Confiar su vida a otra persona, seguramente un desconocido aunque profesional, es una tarea muy difícil.

Consejos para el momento del MIEDO Y LA ANSIEDAD

  • Confiar en el equipo que administrará el tratamiento médico. Aceptar el hecho de que hay cosas que no podemos controlar.
  • Hablar sin reparos sobre el temor y la ansiedad con un equipo de profesionales contra el cáncer.
  • Aprender estrategias para reducir la ansiedad, de ser necesaria buscar ayuda psicológica profesional.
  • Escuchar a otros padres y pacientes que hayan superado esta situación especialmente con niños.

El sentimiento de Culpa

Cuando madre y padre aceptan que su hijo tiene cáncer es inevitable que aparezca el sentimiento de culpabiliada en ambos. Porque el trabajo de ellos es ante todo la protección y el cuidado de los hijos. Empiezan a preguntarse acerca de los errores cometidos, de las razones ó descuidos que llevaron a esta situación. Si durante el embarazo la madre hizo algo que pusiera en riesgo la vida del bebé. Si uno de los dos padres tiene un historial familiar de cáncer aquél sentirá mayor culpa. Infinidad de preguntas sin respuestas certeras.

Es normal tratar de entender las causas de un problema tan grave. Pero lo cierto es que aún en el Siglo XXI no se sabe con exactitud científica las causas de la mayoría de los casos de cáncer. Lo cierto también es que los padres no tienen la culpa del cáncer de su hijo.

Consejos para el momento de CULPA

  • Buscar respuestas a todas las preguntas sobre las causas del cáncer.
  • Realizar cambios en el hogar y la habitación del niño para crear un ambiente más saludable si la sanidades motivo de preocupación.
  • Hablar con otros padres de niños con cáncer.
  • Entender que es posible que nunca sepan la causa del cáncer de su hijo.
  • Si creyeran encontrar la razón eso no modificaría nueva situación.

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Llegada de la Tristeza y depresión

Todas las madres y padres sueñan y tienen ilusiones en que la vida de sus hijos sea feliz y con la menor cantidad de problemas y dolores. El cáncer barre de un plumazo con ese sueño. Es como si de pronto y sin aviso le arrebataran a uno esa mochila de sueños que llevamos a todas partes.

La pérdida parcial de esas esperanzas se vivirán trágicamente. En esos momentos experimentarán anticipadamente la pérdida de su hijo, ó la no recuperación. La tristeza los invadirá también cuando piensen los días difíciles de tratamiento que están por llegar.

Una madre ó un padre pueden ser uno más optimista por naturaleza, mientras que la otra sea lo contrario. Alguno de ellos no querrá comer, ó dormir. Sus rutinas, el trabajo se verán afectados y tendrán que reacomodar su cotidianidad a la nueva situación.

Consejos para afrontar la TRISTEZA y la DEPRESIÓN

  • Expresar los sentimientos, hablar, escribir y sobretodo llorar.
  • Apoyarse incondicionalmente en la familia y los amigos. Llamarlos, buscarlos, pedirles ayuda de cualquier tipo.
  • Buscar apoyo psicológico, médico, de consejoros ó enfermeras.
  • Si son creyentes buscar alivio en la oración, meditación u otras prácticas espirituales.
  • Cuidar la salud propia: comer bien y descansar. Es difícil cuando sabemos que un hijo no goza de salud atender a la nuestra; pero también hay que entender que no podremos cuidarlo si no estamos en condiciones óptimas.
  • Enfocarse en las necesidades del niño/a, en sus medicamentos ó salud emocional. Así no se está pendiente de la depresión propia.

Finalmente la llegada del Enojo

Que una enfermedad tan perversa amenece la vida de un niño inocente provoca inevitablemente mucho enojo e ira. Puede manifestarse contra los médicos que encontraron el cáncer o contra quienes explicaron el plan de tratamiento. También se experimenta enojo con el mundo en general, un mundo injusto donde los niños se enferman, sufren y mueren; cuando podría evitarse atendiendo menos a las guerras y más a las personas.

Cómo disipar el ENOJO ó evitar que estalle

  • Aceptar que es normal en un proceso de enfermedad.
  • Hablar sobre los sentimientos de enojo y agresividad con profesionales de la salud mental.
  • Liberar la tensión con actividades físicas: caminar, bailar, correr.
  • Buscar un lugar privado para desahogarse, gritar y llorar.
  • Hablar con otros padres que hayan experimentado los mismos sentimientos.
  • Dejar que el enojo pase, se esfume. Entender que no hay nadie a quién culpar por la enfermedad de un hijo y que no le hace bien a su recuperación este sentimiento de ira.

Cada proceso de enfermedad es único, aunque podamos encontrar experiencias similares, nuestro hijo responderá de la manera que deba hacerlo. No es bueno anticipar malos pronósticos. Es probable que estos sentimientos los atraviese también el niño/a con cáncer. Por esto es importante que las madres y padres estén a la altura de las circunstancias mostrando alegría a ese pequeño que -dependiendo de la edad- no tendrá mucha idea de lo que le está pasando. Es sabido que una buena predisposición de la persona enferma y su entorno, mantener la risa y la esperanza en la vida ayuda grandemente a una rápida y real recuperación del cáncer.

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