Cuatro verdades a la cara: la discusión en pareja

En todas las parejas hay discusiones. Al menos en la mayoría. Discutir con el otro es normal y muchas veces necesario pero lo importante no es la confrontación sino el tiempo que discutimos y los motivos que nos llevan a esa situación. Tenemos que preguntarnos cómo y cuánto inciden esos debates en nuestra pareja.

Respetar al otro

Todas las discusiones deben evitar ser peleas. Es importante plantear un punto de vista sin faltarle el respeto al otro, prestando atención a sus sentimientos y poniéndonos en su lugar para experimentar lo que siente. Como personas diferentes que somos, es normal que tengamos opiniones distintas sobre nuestra vida personal y sobre la pareja. Lo que no hay que descuidar es el trato: evitar especialmente que esos debates se prolonguen al punto de desestabilizar la relación.

Saber actuar

Frente a una discusión en pareja es importante saber cómo actuar y qué decir para moderar la discusión y evitar que se convierta en una fuente de angstia, ansiedad o tristeza en la pareja. A continuación, te ponemos cuatro ejemplos de expresiones que ayudan a recuperarte de una discusión con tu pareja:

"Perdón si te molesto. Contame exactamente qué sentís así puedo entenderte mejor...". Esta frase es muy importante para demostrarle a nuestra pareja que su sentimiento nos importa. Con ella le damos protagonismo al otro y nos disponemos a escucharlo y comprender sus emociones. Hay que dejarlo hablar todo el tiempo que necesite, sin reproches ni malas caras.

"Me siento (así) cuando decís eso...". Es igual de importante escuchar que hacer valer la opinión propia. Para que la comunicación funcione hay que decir lo que nos molesta, sin criticar ni culpabilizar al otro. Lo ideal es mantener el dialogo y la moderación evitando gestos u opiniones que echen más leña al fuego.

"Tenés razón en lo que decís...". Escuchamos al otro, explicamos lo nuestro, ahora tenemos que tratar de ponernos en su lugar y aceptar que realmente nuestra actitud o nuestras palabras ofenden. El objetivo de esta acción es acercar posturas y limar asperezas, demostrar que sabemos escuchar y valoramos la opinión del otro.

"¿Por qué no nos comprometemos los dos?". Una vez hablado y aceptado nuestro malestar, tenemos que comprometernos a cambiarlo. Y este trabajo, en una relación de pareja, debe hacerse en conjunto, siempre desde el respeto y pensando en el bien de la pareja.

En definitiva, discutir no es malo. Muchas veces resulta ser una forma de crecimiento y reconexión en la pareja. No obstante, hay que saber manejar las discusiones para construir un vínculo más sólido, sano y seguro.

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