De amores y obsesiones...

Amar, enamorarse, obsesionarse...A veces se entrecruzan en ese estado de éxtasis que sentimos junto al otro "¿amado?...otras solo nos generan angustia y sufrimiento...¿Qué hacer entonces?

11 MAR 2019 · Lectura: min.
De amores y obsesiones...
Pensamos al amor como un afecto agradable, con sensaciones de bienestar psicofísico relacionadas a la serenidad, distinto del enamoramiento que asociamos a cierta tormenta de pasiones y ternuras. El amor erótico incluye y excede al deseo sexual y es precedido por enamoramiento, estado similar a la locura en que se idealiza al ser amado como perfecto e incluye una dosis de obsesión –sana- por ejemplo el estar pendiente si llama, acompañado de angustia generada desde la duda: ¿Será? En la obsesión la mente de la persona es dominada por una idea o imagen que se le impone. El enamoramiento dura un tiempo; vamos percibiendo al otro como es realmente y sigue el amor de pareja o el alejamiento. Hay otra opción, no saludable: percibimos que la persona nos hará mal, generará dependencia, angustia, sufrimiento pero al intentar alejarnos nos acercamos más. A veces no hay atracción física, son "amores" que se padecen. Esto sucede con frecuencia en personalidades frágiles, vulnerables, con baja autoestima. El otro hace sentir importante: "Podés llamar a cualquier hora" pero no tanto: "no atiendo el teléfono". Hay un doble mensaje que genera mucha angustia, el propio valor depende del que me da el otro y se cae en un caos confuso. No dejamos de pensar en esa persona de modo compulsivo. Esta "obsesión" en realidad se trata de que mi "ser" depende del valor que me da el otro porque antes hubo un vacío, que ilusoria-mente llenó. Estas personas que llegan a consulta "en carne viva" y solo lloran angustiadas, casi sin hablar. Vamos diferenciando al yo del otro, conteniendo la angustia, llenando el vacío desde intervenciones y desde el vínculo terapéutico -atravesado por la dependencia- requiriendo un rol activo del terapeuta. Con psicoterapia reconstruimos la historia re-ubicando al sujeto como activo, deseante. Con hipnosis restablecemos equilibrio dinámico y funcionalidad cotidiana al volver-se a cargar afectiva-mente el "sí mismo" -más allá del otro- y fortalecerse hacia la autonomía. Fuentes Consultadas: "Psicología de las Masa y Análisis del Yo", S. Freud "El arte de amar", E. Fromm "Realidad y Juego", D. Winnicott "Problemas del campo de la salud mental", L. Rincón

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Escrito por

Lic. Cristina Cubisino

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