Dependencia afectiva y crisis existencial

¿Sos dependiente emocional?

Cuando el otro se va (físicamente o "está distraído") sentís angustia, vacío, que tu mundo se derrumba, enojo, que no te quiere lo suficiente, confusión, desesperación. Si lo enumerado te sucede, sos dependiente emocional, excediendo el grado de dependencia "normal" en los seres humanos. Inferimos una personalidad frágil, no efectivamente diferenciada del afuera, muy influenciable, vulnerable ante situaciones que remiten a abandono, con marcado temor al mismo y al rechazo, necesidad de aprobación, autoestima baja, facilidad para angustiarse y deprimirse.

Desequilibrios emocionales -por depender del otro- entendiendo por otro a un semejante, mascota, espacio, actividad...que aparecen ante el sentir su ausencia.

Por ejemplo, en una separación de pareja, de hijos, de mascota, de un grupo, finalización de una ciclo, carrera. Si mi "ser" depende de otro, de su presencia que calma, en realidad si éste no está, llego a sentir "no soy" y/o me aparecen preguntas relativas a quién soy, acerca del sentido de la propia vida, acerca del futuro, cómo seguir cada día.

Angustia, ansiedad, vacío, sensación de que "no hay salida", desesperación, son propias de una crisis de identidad. Dado que el yo se constituye desde el "espejo" unificando objetos parciales previos, situamos allí un punto de "falla" o fijación que interfirió en lo adecuado de un sí mismo "lo suficientemente fuerte". Hubo una inadecuación entre el espejo, el medio ambiente y los tiempos y modos de satisfacción de las necesidades. Faltó sentir-se en el yo contenido por el medio, diferenciándose del mismo y de allí el reclamo permanente e intolerancia a la ausencia, vivida como desintegrante de la propia identidad.

El trabajo terapéutico será de contención, apoyo y elaboración histórica y vincular. Re-construir un medio "ambiente suficientemente bueno" que permita manifestar yo autónomo, no dependiente, fortaleciéndolo en el camino de la necesidad al deseo genuino.

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