El problema de regalarles todo lo que quieren

Qué madre o padre no se cansa de decir "yo por mi hijo lo doy todo", "a mí me puede faltar pero a mi hijo no". Está muy bien querer que los hijos tengan una vida feliz y despreocupada pero no eso no quiere decir que ha que darles absolutamente todos los juguetes y chiches que piden. Compensar la falta de tiempo con regalos o responder a todos los caprichos aunque sean innecesarios hace que los chicos se vuelvan materialistas, caprichosos, poco autocríticos y poco empáticos.

Las fechas festivas están organizadas en torno al comercio. El día del niño, navidad, reyes, los cumples...hay que regalar para no quedar mal y cuantos más regalos, mejor. Pero más a veces es menos, los chicos abren los regalos y pasan de paquete en paquete sin prestarle demasiada atención a ninguno. Muchas veces juegan solamente con uno o dos y los demás van al armario. Cuentan con orgullo cuántos regalos consiguieron y si tienen el regalo de última moda de este año aunque después no jueguen con él.

La cultura de regalar por regalar cada vez se utiliza más, al punto de que todos los días son oportunos para regalar algo y aliviar el sentimiento de culpa que tienen algunos padres porque no pueden pasar demasiado tiempo con sus hijos. Otros lo hacen para ganarse su confianza y cariño, especialmente en el caso de las separaciones. Y en otros casos, les compran un juguete para distraerlos un rato y que no molesten. El problema es que los chicos que reciben regalos en exceso no aprenden el valor y el esfuerzo que supone conseguir el dinero para poder comprarlos.

Si desde chiquitos no les enseñamos a valorar lo que tienen, cuando sean más grandes van a querer y exigir cada vez cosas de mayor valor. Este tipo de comportamientos llega a generar un vínculo basado en el derecho a tener lo que sea y en el deber de los padres de proporcionarle todo lo que piden para no defraudarlos: ropa de marca, la última compu o consola de videojuegos, el último modelo de celular, etc. y todo sin valorar el esfuerzo que supone conseguirlo. Si no les enseñamos a tolerar la frustración de no tenerlo todo, cuando crezcan serán personas exigentes con los demás, caprichosas, poco empáticas y poco autocríticas.

Algunos consejos para padres y madres

1. El mejor regalo es pasar más tiempo con ellos. A veces no es necesario que sean muchas horas (el trabajo ocupa muchas horas de nuestra vida), pero al menos jugar media hora al día con ellos. Hay que enseñarles a usar sus juguetes.
2. Las listas de regalos son interminables. No le regales todo lo que dice la lista. Priorizá. Normalmente los primeros que escriben son los que más desean.
3. Dividí la compra de regalos con otros miembros de la familia. Entre todos compren un buen regalo y no muchos que después no va a usar.
4. Pensá también en las necesidades del chico/a. ¿Qué puede ayudarle de una forma divertida a desarrollar sus habilidades? Regalá aprendizaje y no sólo entretenimiento. Hay muchos juegos que les pueden ayudar a desarrollar sus capacidades intelectuales y además se pueden jugar en familia.
5. Pedile a tu nene/a que unas semanas antes de las fiestas haga cosas productivas para que el regalo sea realmente un premio por su buen comportamiento y actitud (que acomode su habitación, que haga la cama, que ayude a poner la mesa). De esa manera el niño/a aprende que los regalos no vienen solos sino que se los ganó con su esfuerzo.

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