Hablemos de la dinámica de pareja

Es común escuchar la expresión "es una pareja despareja" refiriéndose a una diferencia notable en altura, cultura u otro tema. Pareja (o parejo) no significa igual, sino que remite a un vínculo simétrico, caracterizado por reciprocidad, flexibilidad en los roles -fluctúan entre complementarios y cooperativos-.

En la interacción de pareja hay distintos niveles: comunicación, contacto, dinámica vincular, sexualidad, entre los principales.

La comunicación abarca el lenguaje hablado, gestual, lo dicho y lo no dicho, valores, principios, que pueden no ser plenamente compartidos por ambos, lo que no es un problema de por sí pero puede llegar a serlo.

El contacto refiere a lo relativo al cuerpo y sus sensaciones, lo que se nombra como "piel" o "química" entre dos personas.

La dinámica vincular entrecruza los vínculos inconscientes que cada uno trae de su propia familia con aquellos actuales entre ambos integrantes. Cada uno trae sus propios modelos vinculares internalizados y los pone en juego inconscientemente: es común escuchar a un integrante llamar al otro "papi" o "mami" por ejemplo. Señal de alarma.

Lo sexual en cada pareja no se diferencia en cuanto a los patrones, modos de manejarse en distintos niveles. No hablamos de sexual como solo genital.

En los humanos la sexualidad es una construcción que abarca lo erótico -mezcla de corrientes tiernas y sexuales- que cuando se opaca, interfiere en la sexualidad en la pareja, el juego de seducción amplio, el juego preliminar a las relaciones y en las relaciones sexuales mismas o en su falta.

El deseo se ve empañado en toda la relación, como motivación, ganas de compartir, empuje.

En terapia de pareja focalizamos en el motivo de consulta estamos trabajando todos los niveles por "efecto dominó". Damos "tareas"cotidianas: jugar a ser "novios", cambiar lugares donde sentarse, sustituir palabras - como complemento de las sesiones- acelerando el logro de la funcionalidad y recuperando lo que nunca se perdió, solo se desdibujó.

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