La búsqueda infructuosa de un hijo

Es difícil, en realidad, concebir. Muchas parejas sienten ansiedad a los pocos meses de comenzar la búsqueda de un hijo.

Si después de un año de intentos, el embarazo todavía no llega, es momento de consultar si hay algún problema. Si la mujer tiene más de 35 puede realizar la consulta a los seis meses de iniciada la búsqueda infructuosa.

¿Qué pasa en la mayoría de los casos?

Lo cierto es que a medida que transcurre el tiempo, la angustia y la ansiedad crecen generando situaciones difíciles, para la pareja y sobre todo para la mujer que no logra ser madre. El ánimo decae y se empiezan a buscar culpables, a producir roces, descontentos, frustraciones, que muchas veces se manifiestan en alteraciones físicas, hormonales y psicológicas.

Si llegamos a este punto, de haber pasado un año, se comienzan los análisis, diagnósticos, y a partir de los resultados que se arrojen, se tomará una decisión.

¿Qué hacer frente a la imposibilidad física y/ó psicológica de tener hijos?

Si los análisis arrojan la imposibilidad biológica de concebir, los involucrados se verán inmersos en sensaciones de angustia y desilusión. Es importante que entre los dos se comprometan a estar unidos frente al panorama más complicado y tortuoso. Sin embargo esto no siempre es así. Lamentablemente un gran número de parejas se separan en situaciones similares.

Pero hay otras que se hacen cargo de la situación y empiezan a pensar si deciden no tener hijos, ó si deciden adoptarlos, ó realizar un tratamiento de fertilización asistida.

Si los resultados no encuentran una causa física ante la no llegada del hijo, es momento de hacerse algunas preguntas fundamentales como pareja: ¿Los dos tenemos un profundo deseo de ser madre y padre? (caso aparte será si alguno de los dos ya tiene hijos con otra pareja anterior).

¿Cómo manejar las emociones si el embarazo no se logra?

Si no existen impedimentos físicos; es importante trabajar en terapia sobre las emociones individuales ó de pareja.

Y si se da la situación más difícil, cuando es real la imposibilidad de concebir por vías naturales, la pareja necesitará una ayuda externa que la acompañe a sobrellevar los impulsos de culpabilizar al otro, ó a una misma.

Ninguna de estas decisiones es sencilla y tampoco lo será el recorrido a seguir en cualquiera de los casos.

La terapia puede ayudar

Lo primero y fundamental es que se mantenga, ó se comience un diálogo sincero, desprejuiciado y libre de culpas dentro de la pareja. Que se acompañen en los sentimientos y deseos de cada uno. La mujer suele ser la más golpeada emocionalmente frente a esta situación, porque es ella la que no puede quedar embarazada, y es más fácil sentirse presionada por el mandato social de ser madre.

Cualquiera sea el caso es importante encontrar un espacio de apoyo profesional, de escucha y resolución de trabas emocionales. Un lugar donde fluyan los sentimientos más profundos, se trabajen los miedos y se construya en conjunto una reflexión y una toma de decisiones de la pareja y la familia.

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