La homofobia se basa en un miedo irracional

¿Qué es la homofobia?

Es una actitud de rechazo frente a las personas homosexuales, y está basada en el miedo, el odio y la desconfianza o la incomodidad frente a estas personas que tienen clara su orientación sexual y su identidad de género. Este rechazo está arraigado en antiguas creencias culturales y religiosas de la sociedad occidental que se reconoce heterosexual, blanca, machista y patriarcal. La homofobia de algunas personas puede tener origen en creencias religiosas conservadoras muy arraigadas.

La homofobia incluye ideas negativas, actitudes reprobables que pueden llegar a ser inhumanas, prejuicios de todo tipo contra las personas homosexuales, sean lesbianas, gays o bisexuales. Se manifiesta en el lenguaje ofensivo que en ocasiones se toma como "normal" e incluso aún hoy es aceptado socialmente en contextos conservadores como la familia o los círculos de amigos. Puede ir más allá del lenguaje hacia comportamientos violentos y abusivos hacia las personas homosexuales. Incluso en casos extremos puede llegar al asesinato solo por la orientación sexual o la identidad de género.

¿Quiénes practican la homofobia?

No solo las personas o grupos sociales discriminan. También las instituciones como la escuela, la iglesia y el Estado pueden practicar la homofobia. Por ejemplo, cuando parejas del mismo sexo no se pueden casar, o a quienes despiden del trabajo porque sus preferencias sexuales no condicen con la idea tradicional de la familia tipo heterosexual. Otras veces se les niegan créditos para acceder a planes de vivienda, un seguro médico o la justicia frente a crímenes motivados por el odio homofóbico. La policía, que es una institución del Estado, se reserva a menudo el derecho de llevar presas a personas del mismo sexo que caminan de la mano o se dan un beso en la vía pública.

La homofobia internalizada

Es aquella que practican quienes experimentan atracción por personas de su mismo sexo. Es decir ocultan y reprueban aparentemente su propia orientación sexual. No aceptan sus propios deseos y en ocasiones se vuelven homofóbicos enérgicos, incluso violentos con otros homosexuales. Necesitan demostrar su "hombría" y heterosexualidad, aunque esta última se ponga en duda desde sus pensamientos más íntimos.

¿Qué podemos hacer para terminar con la homofobia?

• No usar lenguaje ofensivo incluso cuando creas que lo estás haciendo sin maldad, por costumbre o por seguir a tus amigos. La práctica de modificar nuestras costumbres día tras día hacia un lenguaje liberador y justo es sumamente necesaria.
• Quitá de tu cabeza los estereotipos sobre las personas homosexuales. No supongas cosas solo porque parecen evidentes.
• Hablá a favor de la comunidad homosexual, bisexual y transgénero, aunque te reconozcas heterosexual. De la misma manera que lucharías por la jubilación de tu abuelita, levantar la bandera de los derechos humanos del otro es creer en una sociedad más justa para vos también.

Lo cierto es que la homofobia se basa en un miedo irracional víctima de prejuicios sociales arraigados históricamente. Nadie puede obligar a otro a ser homosexual, por lo que respetar los derechos de estas personas no va a perjudicar tus propios derechos de libertad sexual. La homosexualidad no es una enfermedad, ni se contagia. La homofobia sí lo es. Este mal social solo daña unilateralmente a aquellos que deciden amar y construir su sexualidad quebrando viejos mandatos sociales; pero deteriora los derechos humanos del conjunto de la sociedad.

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