Me separé...¿Y ahora cómo sigo?

Separarse se vive como una pérdida, aun cuando sea por decisión mutua y considerado como la mejor opción. Es fácil que desencadene una crisis existencial, de identidad.

10 JUN 2019 · Lectura: min.
Me separé...¿Y ahora cómo sigo?

Vivencia de fracaso, de un proyecto de vida que queda trunco.

La vivencia es asimétrica cuando es una decisión unilateral, no acordada, aparecen fantasías de abandono y la pregunta ¿En qué fallé?

Si el vínculo era de dependencia emocional las cosas se complican más: si "ser" depende del reconocimiento del otro, al separase se siente que ese ser se diluye, entrando en crisis de identidad o existencial.

El grado de intensidad de la misma será proporcional al de la importancia que tenía la pareja y el proyecto de vida con la misma: si el principal y único proyecto era formar una familia es distinto a si había otros con igual o parecida importancia.

Al atravesar esa crisis existencial aparecen preguntas como

  • ¿Quién soy?
  • ¿Qué sentido tiene mi vida?
  • ¿Cómo sigo adelante?
  • ¿Volveré a ser feliz?

Al dejar de estar presente el otro se sienten angustias y ansiedades intensas, primitivas, confusión, vacío, desesperación, a-temporalidad, tal como sucedía en momentos previos a la formación del yo.

Desde allí es imposible proyectar, el dolor es tan intenso que a veces impregna hasta el cuerpo. Las circunstancias nos manejan, quedando a su merced. Angustia, tendencia al aislamiento, depresión…

Si se toma ese momento como posibilidad hacia un re-constituirse desde el deseo genuino de autonomía -como no nos atrevimos, por complacer al otro- se va construyendo la aprobación interna, disfrutando de la propia compañía. Vinculándose consigo mismo desde la autoestima, auto-valorización.

La fortaleza y vivencia del yo ya no depende de la presencia del otro.

Este proceso es acompañado y apuntalado por el terapeuta, que se presta como espejo y objeto en el espacio transicional, de creatividad, juego –encuadre- hacia el fortalecimiento del yo, el pasaje del vacío a sólidos cimientos de la propia identidad, nuevos proyectos, con la energía psíquica liberada por el trabajo de duelo.

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Escrito por

Lic. Cristina Cubisino

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Bibliografía

Fuentes Consultadas:

"La restauración del sí mismo", K. Heinz;

"Duelo y Melancolía", S. Freud

"Realidad y Juego", D. Winnicott

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