Mitos sobre los trastornos de la alimentación

La anorexia y la bulimia son dos problemas psicológicos relacionados con la alimentación que todavía están sujetos a mucho desconocimiento y falta de información. A las personas que sufren este problema se las suele estereotipar y definir a partir de su conducta alimentaria. Pero esta no es la única área afectada. De hecho hay que pensar en un acontecimiento desencadenante de la enfermedad, de factores mantenedores y de consecuencias de la misma. En esta nota planteamos algunas de esas cuestiones que atraviesan la problemática a partir de los mitos y discursos que circulan.

"Esa chica está muy delgada, debe ser anoréxica"

La etiqueta anoréxica se relaciona habitualmente con la extrema delgadez pero no implica que cualquier persona que haya bajado de peso significativamente o que esté delgada por constitución genética padezca la enfermedad. En algunos casos puede haber otras circunstancias que motiven el descenso de peso o incluso que la persona haya cambiado su hábito alimenticio por motivos de salud.

Antes de ponerlo en esos términos, hay que pensarlo dos veces e informarse más. Hay un gran desconocimiento sobre la enfermedad.

"Las personas con anorexia sólo están obsesionadas con la comida y adelgazar"

Esto es falso. La delgadez extrema es uno de los criterios diagnósticos de la anorexia, pero la ansiedad, los síntomas depresivos, el aislamiento social, el bajo deseo sexual, el desequilibrio hormonal, el bajo estado de ánimo, la pérdida de autoestima, las inseguridades, etc. ¡también lo son!

Lo único que diferencia unos síntomas de otros es que la delgadez es el síntoma visible. La anorexia y la bulimia tienen un origen psicológico y sus consecuencias son también psicológicas. Es un error pensar que la anorexia está vinculada a la comida y al físico. La relación con la comida es un síntoma más de un problema quizás mucho más grande.

"Los trastornos de la alimentación son para toda la vida"

Esta frase también es falsa. Si bien hay un gran número de personas que no buscan ayuda frente a este tipo de problemas, con un buen acompañamiento psicológico la tarea se facilita. Quienes no se comprometen con una terapia o no recibieron la ayuda necesaria para salir de una situación así, sí que pueden arrastrar síntomas a lo largo de toda su vida o resabios de ellos.

Pero los que sí se comprometen con la lucha y hacen un esfuerzo para salir adelante, pueden conseguir que el problema quede en una etapa de aprendizaje de su vida y seguir con la vida fortalecidos y renovados.Es una situación muy difícil y por eso es más que necesario contar con el apoyo de los que saben del tema y pueden acompañar al paciente.

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