Mythos y Logos

Abordamos en esta breve nota algunas relaciones entre el psicoanálisis, los mitos y el logos filosófico.

23 JUN 2020 · Lectura: min.
Mythos y Logos

Mythos y Logos

En un pasaje de "El Inconsciente, el saber y la ciencia", de Isidoro Vegh, publicado en El Sigma (web), encontramos una articulación posible entre las dos aristas de lo real señaladas más arriba –la de la lógica y la del goce–. El autor cita una frase recurrente de Lacan "Nunca quise ser original. Dediqué mi vida a hacer la lógica de los discursos freudianos". De los grandes mitos freudianos, también podríamos decir. La lógica del mito de Narciso lo llevó a desarrollar "El estadio del espejo" y el modelo óptico –lógica de lo imaginario, diríamos–; el mito de Edipo le permitió formalizar la metáfora paterna –es decir, la lógica de lo Simbólico–; con "Tótem y Tabú" pudo establecer la lógica de las fórmulas de la sexuación y la distribución de los goces –lo real, entonces (según Vegh)–.

A diferencia de la ciencia, el psicoanálisis –en tanto praxis– no pretende abolir esa otra forma de saber señalada desde el comienzo por Freud: el saber mítico. Respecto de la cuestión del padre, aunque pueda ser formalizada con matemas, en su consideración no es posible prescindir de los mitos de Edipo, Tótem y tabú y Moisés, ni de los mitos individuales de los neuróticos en la clínica. Es a partir de estos que la verdad se define como ficción (fixión) sobre lo real –ficción: no en el sentido de 'falsedad', sino en el de 'constructo científico', como propone Bentham–.

La cuestión del padre y la función paterna es retomada constantemente en la enseñanza de Lacan. En el Seminario 22, al volver al planteo freudiano de las tres identificaciones, Lacan formula una lógica de las identificaciones desde los tres registros de la experiencia. Particularmente nos interesa señalar aquí lo referente al padre real. Si lo real se define como lo imposible, el padre real, como agente de la castración, es quien sostiene la ley de prohibición del incesto, que da como resultado, en la exogamia, a la imposibilidad lógica que se nombra 'no hay relación sexual'. "El padre real no es más que un efecto del lenguaje, y no tiene otro real. (…) La noción de padre real es científicamente insostenible. Sólo hay un único padre real, es el espermatozoide y, hasta nueva orden, a nadie se le ocurrió nunca decir que era hijo de tal espermatozoide", dice Lacan, no sin cierta ironía, en el Seminario 17 (18/3/70). Los avances de la ciencia permiten hoy en día averiguar datos de filiación genética, pero el padre real seguirá siendo siempre una cuestión del orden del discurso.

En su libro Jacques el sofista, Barbara Cassin examina las obras de Freud y Lacan desde la perspectiva de las nociones de mythos y logos. Con tal propósito cita el escrito de Lacan "Variantes de la cura-tipo": "El análisis, por progresar esencialmente en el no-saber, se liga, en la historia de la ciencia, con su estado de antes de su definición aristotélica y que se llama la dialéctica. Por eso la obra de Freud, por sus referencias platónicas, y aun presocráticas, da testimonio de ello". Y apunta Cassin: "Platón y los presocráticos, pero del lado mythos, dialéctica prearistotélica, y no Aristóteles, del lado logos. Es esta una diferencia capital con Lacan, quien no sólo se interesa, sino que participa en la filosofía como logos". Y avanza Cassin:

"Lacan entiende a los presocráticos de Freud más 'presocráticamente' aún que este, a través de su escucha heideggeriana; solo que Heidegger lo conduce, no al mythos, sino al logos presocrático, conectado con el 'develamiento' de la aletheia y con el alba de la diferencia ontológica. (…)

El logos de los griegos, del que el mythos pasa a ser filosóficamente un subconjunto, 'lo puede todo' (…). 'Sofística' es el nombre de esta pretensión. (…) La discursividad que practican [los sofistas] permite esclarecer (no digamos comprender) la de Lacan, o ciertos rasgos decisivos de la de Lacan. Ella esclarece simultáneamente el sentido del largo rodeo aristotélico y la manera en que Lacan lo tramita."

Lo cierto es que Lacan supo sacar provecho de socráticos y presocráticos. Y también de Aristóteles –aunque Cassin diga, tal vez con razón, que Lacan es el único autor no aristotélico moderno–.

Ricardo Comasco

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