¿Por qué los adolescentes parecen enojados todo el tiempo?

¿Cuáles son las razones de los cambios bruscos de humor en adolescentes?

La adolescencia es una etapa de pleno desarrollo de la persona, en donde se dan la mayor parte de los cambios, y casi todos a la vez. El cuerpo se transforma, y las hormonas se revolucionan provocando múltiples emociones en el niño/a que está dejando de serlo. Por lo tanto es difícil para ellos procesar todos estos cambios que se le vienen encima.

En este proceso de asimilación se modifican profundamente los comportamientos y las actitudes hacia los demás, en especial en el entorno más cercano, que generalmente es la familia. Mientras el adolescente intenta entenderse, conocerse y aceptar su nuevo cuerpo y todas las transformaciones que esta etapa le trae, es normal que empiece por romper los lazos de comunicación que tenía con su madre y padre. Que busque diferenciarse de todo lo conocido en el camino de reencontrarse con su nuevo yo, que ya no es niño, ni adulto.

Sin embargo, aunque estos cambios son normales en esta etapa, es importante que madre y padre estén atentos a la posibilidad de alguna patología que no necesariamente tenga que ver con la adolescencia.

¿Cómo restablecer la comunicación?

No le preguntes a tu hijo/a cuál es la causa de su mal humor. Intentá abordarlo durante varios días, preguntándole acerca de su rendimiento en la escuela, sus actividades de recreación, la relación con las amistades, sus gustos musicales, o intereses personales.

Es importante que insistas en mantener una comunicación lo más periódica posible, para descubrir posibles pistas que en verdad sean perjudiciales para el/la adolescente, como dificultades para aprobar las materias, peleas constantes, alejamiento de sus amigo/as, o malestares que puedan ser síntoma de depresión.

Pero...¿cómo actuar si no quiere hablarte?

Intentá un acercamiento gradual, respetá su intimidad y de a poco rompé la distancia sin invadir sus espacios. Ofrecé un momento de charla amena, no le des sermones, antes que nada escuchá a tu hijo/a. Es importante que lo calmes, no que lo agobies con reclamos o consejos que entrarán por un oído para salir por el otro. Si aún así no quiere hablarte, dejale en claro que estás cerca para cuando necesite hablar con alguien, y que puede confiar en vos.

No naturalices la adolescencia, el hecho de que esté atravesando por esta etapa no quita la posibilidad de que esté atravesando problemas emocionales de otra índole, que la coyuntura de la edad esté profundizando. En estos casos es importante pedir ayuda profesional especializada en psicología de la adolescencia. Un psicólogo/a puede ayudarte a identificar otros problemas o trastornos que puedan manifestarse. Así como encontrar las herramientas para recomponer la comunicación que momentáneamente se ha quebrado entre la familia y el hijo/a adolescente.

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