Psicomotricidad y autismo

La psicomotricidad se ocupa del estudio del cuerpo y sus manifestaciones, actuando en los campos terapéutico, reeducativo, socio-comunitario y educativo. Cómo favorece en casos de autismo.

31 AGO 2018 · Lectura: min.
Psicomotricidad y autismo

¿Qué es la motricidad?

Es la capacidad de cada uno de ejercer movilidad en el cuerpo, esto es generar contracciones musculares de forma voluntaria, como respuesta a determinadas acciones, y que las mismas se producen porque nuestro sistema nervioso central impulsa una señal.

¿Y la psicomotricidad?

El profesional que se encarga de esta discilplina es el psicomotricista, que mediante diversas técnicas propicia diferentes experiencias psicomotoras para mejorar la calidad de vida del paciente. En la terapia incorpora aspectos vivenciales, motrices, corporales y de relajación, por medio de actos re-creados donde se incorpora el verdadero aprendizaje.

La psicomotricidad juega un papel relevante en la prevención de los trastornos psicomotrices como pueden ser la torpeza motora, la dispraxia y la inhibición psicomotriz, entre otros.

Además la psicomotricidad interviene en las praxis motoras, y en el aprendizaje de ciertos movimientos aprendidos habituales y adaptados a un fin, como puede ser usar los cubiertos, peinarse, cepillarse los dientes, prender un botón, saludar o girar una llave.

La psicomotricidad y el autismo

La psicomotricidad trabaja con niños con diagnóstico de autismo, articulando las nociones de cuerpo, de acto y de pensamiento, es decir entendiendo que las emociones están relacionadas a nuestras acciones. Emoción proviene del latín mover, sugiriendo que en toda emoción hay una noción implícita a actuar. La intervención de la terapia del psicomotricista da un sentido al accionar del paciente, mostrando que la motivación y comprensión de sus fortalezas impactan necesariamente en factores positivos.

Así como abordar el sistema sensorial es vital para mejorar la calidad de vida de las personas con autismo, es igualmente importante engendrar experiencias que nutran el repertorio psicomotor, mejorando el esquema corporal y la posibilidad de la independencia motriz del paciente.

Entonces el papel de la psicomotricidad es aumentar las experiencias motoras de las personas con espectro autista para que una vez aprendidas sean parte de su conciencia psicomotora, aumentando sus posibilidades de emitir respuestas adecuadas ante una demanda especifica.

La psicomotricidad entiende que todo aquello que es vivenciado se instala rápida y sencillamente en el cerebro. Es importante saber que la suya no es una intervención aislada, sino parte de un tratamiento multidisciplinar que incluye otros profesionales y sobre todo a la familia del paciente con espectro autista.

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