​Que el trabajo no te queme

El estrés laboral aparece cuando los recursos del trabajador son superados por factores laborales que no puede afrontar, esto se releva mediante diversos síntomas y además causa sus respectivas consecuencias, las cuales no sólo afectan a su salud sino también a la de su entorno.

Se conoce como síndrome de burnout al padecimiento y fatiga crónica frente a factores emocionales estresantes que se presentan en el ámbito laboral.

¿Cuáles son los síntomas de estrés laboral?

Podrían clasificarse en aquellos síntomas vinculados a reacciones emocionales por un lado, y los asociados a reacciones físicas. Los síntomas emocionales son esas reacciones que modifican nuestro humor y alteran nuestro comportamiento. Podemos encontrarnos irritables o deprimidos e introvertidos. A veces son perceptibles por las personas que nos rodean debido a la "transparencia" del afectado, y en otros casos no se perciben, ya sea por la propia personalidad del individuo o porque pretende ocultarlos por temor a ser rechazado.

También pueden surgir síntomas físicos, esto es, reacciones en nuestro cuerpo que alteran el sistema motor, respiratorio, digestivo. Por ejemplo los problemas intestinales o estomacales, falta de apetito o apetito extremado, sudoración excesiva, taquicardia, temblores, tensión muscular, contracturas, debilitamiento y desorden en general.

No es conveniente desmerecer o tomar a la ligera los síntomas desarrollados ya que de prolongarse en el tiempo, podrían generar consecuencias como las que comentaremos a continuación.

Consecuencias del estrés laboral

Lo cierto es que, ni al trabajador ni al empleador le es eficiente una persona con estrés, porque se trata de un organismo dañado que no puede responder de modo óptimo a las exigencias. Y para la persona, además, puede significar deterioro físico y psíquico, comenzando por signos de ansiedad y desarrollando posteriormente problemas cardiovasculares e incluso enfermedades coronarias.

Hay quienes pueden acarrear trastornos de tipo afectivo, sexuales, dificultad para conciliar el sueño, ansiedad o depresión, dificultad para tomar decisiones y desórdenes mentales como esquizofrenia o trastornos compulsivos.

Por ello, para tratar este problema, es ideal poder dilucidar si nuestro trabajo nos está causando disgusto o estrés, comenzar un tratamiento con psicoterapeuta y revertir poco a poco la situación, luchar contra la fatiga y el agotamiento día a día para evitar ser víctimas del síndrome de burnout, es decir, la falta de motivación por estrés y exceso laboral.

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