Tus ganas de vivir: dejar morir al dolor
Las ganas de no seguir y las ganas imperiosas de vivir, el tiempo que se va, tus angustias... Es tiempo que de algo muera en vos.
Uno a veces siente que no quiere seguir, ya no hay más fuerzas, uno busca en su interior y no encuentra emociones a favor de la vida, llega un punto que no hay más tolerancia al dolor, que ya no aguantas absolutamente nada más, de nada, de nadie, ni de vos misma. En esas ocasiones caes en la resignación de que esto es tu vida, que no hay nada por hacer, y te invade la angustia, esa que te parte el pecho, y estalla el llanto.
Aparece la liberación momentánea a esos dolores, quizá podés descargarte y seguir, porque la vida sigue, las responsabilidades, el tiempo corre.
El tiempo.
Ese tic-tac que sabes que se va, ese tiempo que sabes que perdés cada vez que caés en lo mismo. En algún momento llega la pregunta, ¿cuánto tiempo más voy a estar así? Llorás, te desahogás, te levantás y seguís... Hasta que caés de nuevo, caés otra vez en tu mundo gris, caés de nuevo en tu cama, caés en tus angustias, y no querés levantarte... Y claro, qué sentido tendría levantarte si crees que esto es y será tu vida, una especie de destino enojado con una misma, que nos muestra lo peor, todo lo que tus ojos puedan ver esta teñido de gris, vos te pones tus gafas color rosa y salís a encarar al mundo, ese mundo que querés que deje de existir en ocasiones, como si existiera una solución mágica.
¿Quizá encerrarte en tu cuarto?¿Dormir hasta el otro día? ¿Llorar hasta que sientas que la cabeza explota?
Ese tiempo que se va, la angustia que aparece, un cambio que no llega, por un lado, y por el otro, como esperando que empiece una batalla, tu deseo, tus ganas, tu fuerza, tu empuje. Deseo de vivir, deseo de disfrute, deseo de que se vayan los miedos que cada día se acrecientan y que se vaya esa opresión en el pecho que no deja respirar. Es ese deseo, el motor que te impulsa, lo que te aferra a esta vida, porque seguro has tenido la fantasía de no existir, y con eso se daría fin a tu sufrimiento, ese dejar de existir es una muerte emocional, no física, son las ganas de que muera esto que hoy sos, que te traba, te limita, te da miedo, te impide avanzar.
Sí podés conectar con todo lo que querés que muera en vos, y le das lugar, va a surgir esas ganas de vivir que tanto tenés; pero como todo en la vida, algo dentro tuyo debe morir para que algo nuevo surja.
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Es así como me siento en este momento. No importa lo que haga esa sensación no se va. Voy a terapia. ¿Algún consejo?