Cómo mejorar o fortalecer nuestra autoestima

Podemos tener una autoestima elevada ó baja. Si tu caso es éste último tené en cuenta que puede ocasionarte otros trastornos ó enfermedades psicológicas e incluso físicas.

Si no estás bien con vos mismo/a, si la idea que te hacés de tu persona es negativa, eso influirá grandemente en tu estado emocional y físico. Y puede llegar a enfermarte y dañar la relación con tu entorno. Porque una persona que no se estima a sí misma difícilmente pueda relacionarse con otras sin caer en la dependencia emocional ó el sentimiento de inferioridad que trae consigo la inseguridad y despersonalización de quien la padece. Es decir, que la persona se aleja de sí misma, no tiene intereses propios y sigue los de los demás por miedo.

¿Qué hacer para aumentar la Autoestima?

Pensá en alguna cosa que desees con muchas ganas. Planificá cómo podés realizar ese deseo: no pienses que es difícil de lograr ó que no sos capaz de concretarlo. No seas tan autocrítico/a y concentráte en las tareas necesarias para lograr esa meta. Si te equivocás no lo tomes como algo grave sino como una oportunidad de aprendizaje y corrección del error.

Manejá tu autocrítica: reconocé esas críticas que día a día te hacés a vos mismo/a y pensá si se las harías a una persona que querés mucho. No es necesario que dejes de corregirte pero sí que transformes tus críticas demoledoras en constructivas. En oportunidades de cambio y rectificación.

Concéntrate en lo que te está yendo bien: dejá de buscarle siempre la quinta pata al gato. Si sólo ves problemas intentá enfocar tus energías en aquello que sabés que hacés bien. Algo tiene que haber que hagas bien, en el trabajo, con los amigos, en el hogar. Cada día concientizá alguna pequeña cosa que haya salido bien. Escribí esas cualidades para tenerlas presentes y releerlas como ejercicio.

No busques la perfección que no existe: apuntá al esfuerzo más que a la perfección. Si no intentás por miedo a no ser perfecto/a nunca sabrás en qué cosas podés ser muy bueno/a. No busques ser el primero en todo sino valorá los procesos de aprendizaje.

Pensá en los errores como oportunidades de aprendizaje: aceptá que cometés errores, como todo el mundo. Si aún así querés criticarte, hacélo pensando en qué modificarías la próxima vez en lugar de castigarte.

Modificá los pensamientos que te hacen sentir inferior: no te compares con los demás. Siempre habrá alguno más bueno, más perfecto, más lindo, más eficiente. Todas las personas son buenas en algo y no tanto en otras cosas. Celebrá el éxito de los otros sin envidia y eso te ayudará a buscar el camino para tus propios éxitos. Valorá en aquellos que triunfan los procesos por los cuales llegaron a ese punto.

Probá cosas nuevas: experimentá con diferentes actividades que te ayuden a conectarte con tus talentos. Felicitáte y sentíte orgulloso/a de tus nuevas habilidades. Los pensamientos positivos se transforman en buenas opiniones de vos mismo/a y mejoran la autoestima.

Reconocé qué podés cambiar y qué no: si hay cosas que no te hacen feliz y está en tus manos modificarlas, actuá rápidamente. Si lo que te molesta de vos son cosas inmodificables como tu aspecto físico, trabajá la aceptación. No te queda otra.

Aceptá los elogios: si tenés la autoestima por el suelo, es problable que no creas e incluso que tomes como una burla las cosas lindas que te digan. Aceptá lo que los otros te dan, no creas que no lo merecés.

Hacé ejercicio físico, relájate, divertíte y bailá: poner en actividad el cuerpo fortalece la autoestima, porque nos brinda salud física y emocional y oxigena el cerebro renovando los pensamientos. Si te sentís bien, la imagen que te devuelva el espejo de tu conciencia será positiva.

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