Desmontemos mitos sobre la bisexualidad

Existen mitos muy arraigados en nuestra sociedad en relación a las sexualidades, y es necesario desmontarlos para empezar a vivir en una realidad más justa, igualitaria y libre de prejuicios. Enterate de las características de la bisexualidad y sus diferencias con otras prácticas sexuales.

Ser bisexual no es lo mismo que ser gay o lesbiana

Ser bisexual no es estar indeciso/a acerca de la propia sexualidad. Tampoco esconde su homosexualidad quien se reconoce bisexual. Homosexualidad y Bisexualidad son prácticas bien diferentes.

Estudios han demostrado que la bisexualidad tiene patrones de interés y atracción sexuales diferentes a los de la homosexualidad.

Algunos de estos estudios sobre personas bisexuales mostraron las mismas respuestas de excitación sexual y genital con ambos sexos; mientras personas homosexuales se excitaron solamente con personas de su mismo sexo.

Los hombres difícilmente se definen como bisexuales, mientras las mujeres lo hacen más fácilmente

En nuestras sociedades marcadas por el machismo y el patriarcado aún en el SXXI, un hombre que se defina bisexual cree poner en duda su virilidad. Mientras las mujeres que han sido históricamente golpeadas por los prejuicios sexuales, siendo las más oprimidas por la religión y la educación, muestran ser más proclives a aceptar su bisexualidad. Claro que hay numerosos casos de mujeres donde las secuelas de la educación siguen actuando. Sin embargo el tabú sexual es más fuerte en los hombres. Corrientes feministas y de nuevas masculinidades trabajan desde hace años en romper estos prejuicios y mitos del sentido común de la sociedad.

Otros investigadores sugieren que las mujeres tienen una "mayor plasticidad erótica" que las hace gozar y tener deseo sexual por ambos sexos. En cualquier caso no es la bisexualidad que está creciendo, sino que se abre una mayor disposición a reconocer abiertamente la propia identidad sexual.

Los bisexuales sufren los prejuicios de heterosexuales y en ocasiones de homosexuales

Las personas bisexuales son a menudo víctimas de prejuicios e ideas erradas que la sociedad construye para sí misma. La idea de que un/a bisexual es alguien que no tiene clara su identidad sexual es uno de esos prejuicios que levantan contra la bisexualidad tanto heterosexuales como algunos homosexuales. Otro de esos prejuicios es que estas personas a las que les gustan ambos sexos son promiscuas en su actividad sexual.

La promiscuidad no conoce de orientaciones sexuales, sino que refiere a una práctica sexual no cuidada donde se pone en riesgo a la/s pareja/s independientemente de su género o identidad sexual.

Las personas bisexuales no son necesariamente más activas sexualmente que el resto

Otro mito alrededor de la bisexualidad es que estas personas están con ganas de tener sexo permanentemente. Estudios revelan que las personas bisexuales presentan comportamientos similiares al resto de la gente.

La persona bisexual puede sentirse atraída por hombres y mujeres de manera indistinta y no siempre con la misma intensidad

Ser bisexual no significa que a una persona le guste cualquier hombre o cualquier mujer, ni que la fuerza de la atracción sea igual para unas u otros. Aunque parezca una obviedad es necesario aclarar este punto. Ser bisexual es tener la capacidad de sentir atracción sexual por hombres o por mujeres; pero la intensidad de esa atracción dependerá de cada persona individualmente, como ocurre en cualquier relación heterosexual. No siempre nos gustan por igual tal o cual persona, aquella o esta pareja. Cada relación es un mundo, sea homo, hétero o bisexual.

Muchos de los mitos que desmontamos anteriormente parecieran obvios y hasta irrisorios. Sin embargo responden a creencias populares muy arraigadas en la cultura machista, patriarcal y homofóbica de nuestras sociedades.

Lo importante es que dejemos de lado esos mitos y falsedades del sentido común que casi siempre contribuyen a perpetuar prejuicios de vieja data.

La bisexualidad debiera ser una práctica de libertad al igual que la homosexualidad y la transexualidad. Y va siendo hora de que todas ellas adquieran los mismos derechos de identidad sexual de que gozan las personas que se reconocen heterosexuales.

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