Dos finales para una relación amorosa
Cuando una relación termina, duele. De un lado y del otro. Duele a quien deja y a quien es dejado. Y lo complejo de estas situaciones, es que para este final, hay en realidad dos finales.
Todo sucede por duplicado en una relación de pareja. Las versiones de cada uno acerca no sólo de la ruptura sino de todos los momentos vividos, las diferentes experiencias, cada expectativa vivida.
Aquel ó aquella que abandona al otro no lo hace de la noche a la mañana. En general pasa un largo tiempo desde que aparece la idea de terminar y la concreción de ese deseo. Los factores son múltiples: el desgaste del día a día, la rutina, los problemas económicos ó de otra naturaleza. Este proceso es en sí mismo un camino doloroso, que uno de los dos atraviesa solo, porque no se anima a plantearlo a tiempo retrasando lo inevitable: el dolor en el otro, y el duelo de ambos.
Por su parte quien es dejado es probable que haya visto venir la ruptura, que haya vivido también el desgaste y la rutina, pero desde una mirada que pudo ser opuesta a la de su pareja. Por una u otra razón no pudo ó no quiso tomar la decisión del corte.
¿Por qué duelen tanto los finales?
Porque al igual que en una telenovela, el amor en nuestra sociedad occidental no ha variado en esencia desde hace siglos. El mandato social dice que el amor entre dos personas será para toda la vida. Por ello en ocasiones se hace difícil separarse y el proceso va acompañado de momentos tortuosos, rencores acumulados, dudas y culpas al momento de independizarnos del otro.
En las terapias psicológicas por ruptura amorosa suelen aparecer sentimientos y trastornos como la dependencia emocional y en general afecta mucho más a la mujeres. Está mal visto aún en el SXXI que una mujer "se quede sola", y más aún que no tenga hijos sea por no poder ó no querer tenerlos. Cuando una persona depende emocionalmente de otra, no es de la persona de quien se enamora sino del amor mismo. No puede vivir sola, no sabe hacerlo. En relación a esta situación se vislumbran también graves faltas de autoestima.
¿El tiempo lo cura todo?
Por supuesto que no. Las personas somos quienes tenemos infinita capacidad para curar nuestras heridas. Lo que sobreviene a una ruptura es trabajo y más trabajo.
¿Cómo trabajar el duelo?
Primero aceptando que la relación llegó a su fin. Sacálo ó sacála de tu vida. Y de tus redes sociales.
Expresando tus sentimientos. No tengas vergüenza de mostrarte triste. Buscá a las personas cercanas y habláles de tu dolor escuchando sus consejos. No sos ni la primera ni el último que se separa.
Reorganizáte. Seguí con tu vida ó introducí cambios. Lo que decidas que sea para seguir adelante, y no ahogarte en el duelo.
Transformá poco a poco el dolor en nostalgia y transformarás así los recuerdos. No olvides ni reniegues de tu pasado. Hubo cosas buenas y esas son las que tenés que recordar. Borrar el dolor no es olvidar. Es traer a la memoria una parte importante de tu vida que tuvo su razón de ser y ya no formará parte de tu presente.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos.com.ar no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos.com no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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Qué hermosas palabras. Hacen muy bien. Te saca dudas y abre una ventana.
Gracias me ayuda a comenzar mi duelo
Hermoso me encantó, muy cierto.