Pedir ayuda es Salud Mental
Pedir ayuda en tiempos de caos, confusión o desborde, es sin duda, el acto primero de Salud Mental. Es ese lugar donde habita el acto fundamental de salir de donde no estoy bien.
Cada vez que alguien llega a consulta, y en estos tiempos con mayor frecuencia, la persona refiere la situación de haber estado hace tiempo "pateando" el momento de llamar o solicitar turno ya que consideraba que, al menos hasta ese momento, podría sobrellevarlo con sus propios recursos, no reconociendo a esa instancia como "punto límite", ese "ya no puedo" que puede existir en cada uno de nosotros, básicamente porque somos seres humanos no seres supradivinos o seres omnipotentes.
Pedir ayuda en tiempos de caos, confusión o desborde, es sin duda, el acto primero de Salud Mental. Es ese lugar donde habita el acto fundamental de salir de ese lugar donde no estoy bien, oscuro, pantanoso, desesperanzador.
Pedir ayuda es estirar la mano hacia arriba, esperando que del otro lado haya quien pueda funcionar de sostén o de engranaje para comenzar la salida hacia el bienestar.
Pero el esfuerzo siempre siempre es de uno, el otro "no me resuelve la vida" ni deberíamos esperar que así fuera. El otro simplemente nos presta, momentáneamente, el recurso que necesitamos para salir adelante, que para quien es algo especial, particular.
Hay quienes necesitan escucha, ser acompañados. Hay quienes necesitan escuchar palabras sólidas y sinceras. Hay quienes esperan ser contenidos. Hay quienes desean, simplemente, no sentirse solos.
La llamada o el aviso para concretar la cita en terapia es eso. Es permitir-se un espacio personal, singular de poder pensarnos, de habitar un espacio junto a alguien que, especialmente, nos proporciona una visión objetiva y profunda del acontecer de nuestras vidas, del entendimiento de nuestros sintomas, del sentido de nuestro devenir actual, acompañando al surgimiento del Inconsciente en todo su esplendor. Todo eso y más.
Entonces pedir ayuda es un "permitirnos" salir del caos. Hacer una consulta terapéutica es permitirnos intentar ver si esa posibilidad es una instancia transformadora para nosotros. Es preguntarnos y, por fin, llegar a un recorrido de respuestas encontradas en la propia voz, en los propios silencios, lejos de los ruidos del afuera, lejos de los prejuicios y juzgamientos.
Pedir ayuda no es debilidad. Al contrario, ¡es un acto de amor propio!
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Excelente. Costó un tiempo entenderlo pero desde que incorporé la terapia, el autoconocimiento es esencial.