trastornos del sueño en cuarentena

Con la cuarentena por coronavirus se dispararon las consultas por trastornos del sueño. Los cambios de rutinas o su ausencia desarticulan la cotidianidad e impactan a la hora de dormir.

6 JUL 2020 · Lectura: min.
trastornos del sueño en cuarentena

TRASTORNOS DEL SUEÑO EN LA CUARENTENA

Con la cuarentena por coronavirus se dispararon las consultas por trastornos del sueño. Los cambios de rutinas o su ausencia desarticulan la cotidianidad e impactan a la hora de dormir. Más insomnio en aquellas personas que ya lo padecían; trasnochadas y despertadas después del mediodía en quienes no cumplen horarios de trabajo fuera de la casa ni tienen home-office; adolescentes que duermen de día y viven de noche, son algunos de los planteos que están recibiendo quienes estudian y tratan el problema. Además, se estaría registrando un aumento de pesadillas o sueños extraños: el tema es eje de comentarios en redes sociales. ¿Por qué algunas personas sienten que durante el día están como aletargados?

"Lo que se está viviendo con respecto al sueño es caótico"

"Dormimos más pero ese sueño no parece muy reparador porque la gente está estresada, muy ansiosa, entonces la calidad del sueño no es muy buena y nos dormimos más tarde, algo que no está recomendado"

Es normal que la gente refiera trastornos de sueño durante este tiempo de confinamiento social "porque la situación es anormal".

Una de las cosas que más necesita el sueño son las rutinas de nuestros horarios con las comidas, la hora de acostarnos y de levantarnos, y además, estar tranquilos a la hora de dormir. Todo eso no se está cumpliendo porque estamos híper estimulados, bombardeados de noticias y con una incertidumbre que nos impide saber qué vamos a hacer mañana, y cada uno de estos factores funciona como alarmas despertadoras. En vez de propiciar el sueño, nos mantienen con todos los sistemas de alerta activados. Bajarlos a la hora de ir a dormir nos cuesta un montón

--Lo que está ocurriendo en este tiempo de cuarentena es que la gente que ya tenía insomnio antes, ahora lo padece de forma agravada. Pero lo que más vemos es lo que llamamos el jet-lag social o retraso de fase: las personas no cumplen rutinas, se va a dormir a cualquier hora y a distintas horas cada noche porque se quedan enchufados con las noticias, las series, la televisión. Es muy frecuente que las consultas ahora sean porque se duermen a las 3 o 4 de la mañana, y se están despertando a la 2 o 3 de la tarde: a esa hora desayunan y por ahí ni almuerzan. Lo que ha cambiado es lo externo, pero lo interno, nuestro organismo, sigue funcionando con nuestros relojes como tiene que funcionar. La disociación entre lo social y biológico genera este jet- lag social. No es un insomnio. El insomne se puede dormir a las 3 de la mañana y a las 5 o 6 se despertó sin sueño

Dormimos más pero ese sueño no parece muy reparador porque la gente está estresada, muy ansiosa, entonces la calidad del sueño no es muy buena y nos dormimos más tarde, algo que no es recomendado.

hay gente que refiere "un incremento importante" de pesadillas; son sueños intensos que nos despiertan angustiados, aparecen en la segunda mitad de la noche. Ante la crisis actual la gente duerme poco y mal, hay poco sueño profundo y se exacerba el sueño REM que es donde soñamos.

En cuanto al contenido, alguien que está en estado de estrés y ansiedad por no poder salir puede también estar modificando los contenidos de los sueños.

Los niños entran en la misma bolsa que los adultos. Vamos a diferenciar: en general los bebés no tienen mayor alteración en este tiempo; los de edad escolar están en el mismo caos que el resto de la familia, con el aditamento de que tienen clases a las 8 de la mañana y tal vez se acostaron a las 2 o 3 de la madrugada. Están totalmente desfasados.

Y hay adolescentes que han invertido totalmente el horario. Estamos recibiendo muchísimas consultas porque se la pasan de noche jugando, chateando, en conversaciones por zoom porque necesitan comunicación social y después duermen todo el día. Los padres no saben qué hacer.

Lo que se está viviendo con respecto al sueño es caótico

Vemos los efectos en el día

El sueño es el gran reparador. El cerebro necesita dormir sí o sí. No es intercambiable. Los procesos que se dan durante el sueño son irremplazables porque no se dan durante la vigilia. En las primeras horas del sueño, este sueño lento y profundo, aparte de la reparación física, disminuye al mínimo el cortisol, que es la hormona del estrés, y a partir de la mitad de la noche empieza a subir de nuevo para que durante el día estemos con todas las pilas. Esto no está ocurriendo porque hay muy poco sueño profundo. Entonces estamos con los niveles de cortisol altísimo durante todo el día y toda la noche. Durante el sueño se reparan los procesos cognitivos, la memoria, el aprendizaje, se redistribuye y almacena todo lo que aprendimos, lo que hicimos cuando estamos despiertos. Con este mal sueño, sumado al encierro, la gente ya no sabe qué día de la semana es, sobre todo cuando falta el referente de ir a trabajar o el horario de llevar al colegio a los chicos. Y otra cosa muy importante que está íntimamente relacionada con el sueño es que se activan los procesos inmunológicos: la parte inmunológica trabaja cuando dormimos, cuando estamos despiertos, no.

Nosotros necesitamos metas. Cumplir metas se vuelve una recompensa. Esa recompensa activa centros de recompensa o de placer en nuestro cerebro. Cuando pasan cosas, el tiempo subjetivo va más rápido. Cuando no pasa nada, no podamos tener recompensa.

Si en cambio nos hacemos un diario, una lista de tareas, eso va a tener un doble efecto: primero que el tiempo subjetivo se va a achicar,

La segunda consecuencia es que al hacer las cosas y tildarlas en tu lista o en tu cabeza, te vas a estar dando una recompensa.

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Escrito por

Lic. Carolina Ramos

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