La lógica, lo real y el decir verdadero

Lacan sostiene que la lógica es la ciencia de lo real. ¿En qué fundamenta tal afirmación –que es de su propia cosecha, ya que los lógicos no definen así su ciencia–? Partamos de los silogismos aristotélicos. Estos se construyen fundamentalmente a partir de tres elementos, que se reducen a tres letras. A ese Tres se llega entonces por medio de lo escrito, vaciando los términos de todo sentido al transformarlos en letras –es decir, en cosas que por sí mismas no quieren decir nada–. No es el significado (o 'contenido') de las expresiones lo que cuenta, sino su estructura formal. Luego, con la interpretación, las fórmulas de la lógica podrán (o no) encontrar una aplicación fáctica. Lo real para Lacan supone la triplicidad. El nudo borromeo es una forma de escritura; una escritura que soporta un real, porque hacen falta al menos tres anillos para que pueda sostenerse. Es imposible la relación (borromea) de a dos. No hay relación (sexual). Si el inconsciente es algo 'en lo real' –lo cual no equivale a decir que el inconsciente 'es real' (o 'es lo real')– es del lado de la escritura donde se lo puede interrogar.La lógica como ciencia de lo real permite el acceso al modo de lo imposible. Y lo real se capta especialmente en los impasses de formalización lógica –con las fórmulas de la sexuación, por ejemplo–. Lacan toma de la lógica y la matemática fundamentalmente aquello que en sus articulaciones dé cuenta de lo imposible: lo infinito como inaccesible, la teoría del número atravesada por la noción del cero, una topología que arranca a la geometría de toda estética trascendental, los teoremas de Gödel.La ciencia de lo real es la lógica formal, y lo real se define como callejón sin salida de la formalización. La única transmisibilidad posible de lo que a partir de "L'Étourdit" puede llamarse el 'au-sentido' o el 'sentido au-sexo' está en la figura del matema.Ahora bien; es al vaciar a los dichos de su sentido que la lógica nos da la idea de la dimensión de lo Real, pero lo que nos agita siempre como sujetos es algo diferente del escrito lógico formal: es lo que Lacan llamó el 'decir verdadero'. Acá volvemos a encontrarnos con una pregunta crucial: ¿cuál es la relación entre el sujeto que se despeja por medio de la lógica formal y el 'sujeto sufriente' (la expresión es de Lacan) que nos consulta como analistas? A lo que agregamos: ¿a qué tipo de sufrimiento podría dar respuesta un análisis y cómo puede llevar a cabo esta operación? Cuestiones fundamentales, preguntas por la dimensión clínica: aquello que da orientación –sentido– a todo este recorrido. Toda formalización debería ayudar en la dirección de una cura."El decir verdadero es la ranura por donde pasa aquello que es preciso que supla la ausencia, la imposibilidad de escribir como tal la relación sexual", dice Lacan en Encore. Lo Real se determina por el hecho de que de ninguna manera puede escribirse en él la relación sexual. Pero con el decir verdadero un sujeto puede –en situaciones privilegiadas– abrirse camino hacia algo del orden de la contingencia que hace que eso 'cese de no escribirse'. Así, la relación sexual 'parece' escribirse. En cuanto contingencia, la relación sexual no es entonces para el parlêtre más que del régimen del encuentro. El discurso analítico no sólo reserva un lugar a la verdad, sino que permite decir algo acerca de aquello que, de la relación sexual, llena la ranura: "por una vez, esa ranura no está vacía: por allí pasa algo", dice Lacan en Encore. El decir verdadero, a través de la articulación del saber inconsciente, logra hacerse oír en alguna parte para suplir la ausencia de relación sexual. Aquí se sitúa la distancia entre el decir verdadero y la ciencia de lo Real. Pero hay también una aproximación: "en lo relativo a tratar el inconsciente estamos mucho más cerca de manejar la lógica que cualquier otra cosa, porque ella es del mismo orden –del orden de lo escrito–", sostiene Lacan. Y lo escrito se sitúa como borde de lo real.

Ricardo Comasco

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