Para sentirse bien hay que tomar buenas decisiones

La vida nos plantea retos todo el tiempo.Todos tenemos problemas que afrontar: en casa, con los amigos, con la pareja, en el trabajo. Si vivimos pendientes de nuestras limitaciones es probable que no sepamos cómo salir adelante y nos topemos con una barrera que nos frene.

Aunque tengamos recursos para afrontar esos problemas, nuestras creencias sobre lo que somos capaces de hacer tienen un gran poder sobre lo que podemos llegar a conseguir. Estas creencias tienen influencia sobre nuestras emociones y pensamientos, y determinan más de lo que nos imaginamos.

Es una cuestión de actitud

La actitud que tenemos sobre nuestras posibilidades ante una realidad negativa es lo que va a determinar la capacidad de afrontar esta circunstancia de la mejor forma posible. A veces la vida nos muestra pequeños atajos, nos muestra ventanas por donde empieza a entrar aire limpio, pero nos da miedo usar esos caminos por miedo a salir de nuestra zona de confort, por más negativa que sea. En estos casos los problemas tienden a perpetuarse o empeorar, generando emociones negativas e incluso problemas más graves.

Estar mal durante mucho tiempo y no saber cómo cambiar las cosas o no querer hacerlo por miedo a lo que vendrá, puede derivar en situaciones de hiperalerta sostenidas en el tiempo que afectan nuestra salud física y mental.

Emprender el cambio para estar mejor

Es necesario saber que no solo somos lo que sentimos, creemos y pensamos, somos también lo que decidimos. Las cosas no nos pasan o no pasan porque sí, siempre son motivadas por nuestras acciones y decisiones. Las decisiones construyen y destruyen. Es cierto que no manejamos todo, pero sí es importante saber que podemos decidir cómo queremos que nos afecte lo que pasa alrededor nuestro.

Un consejo: enfocate en lo que querés. No te concentres en lo que te da miedo, en tus debilidades, sino en tus fortalezas. Usá el lenguaje de forma positiva y gestionaá tu actividad de manera que la atención se centre en lo que verdaderamente es necesario y en lo que te hace sentir bien.

La actitud con la que afrontemos las circunstancias negativas determinaran las posibilidades de cambiar estas circunstancias.

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