Las consecuencias psicopatológicas de la carencia afectiva en la infancia

Se hará hincapié a las consecuencia de dicha carencia afectiva ya que se plantea que no existe la posibilidad de una maduración correcta sin la estimulación afectiva.

24 JUL 2020 · Lectura: min.
Las consecuencias psicopatológicas de la carencia afectiva en la infancia

Según el autor Spitz (1958), las relaciones objetales durante el primer año son fundamentales para el buen desarrollo del infante. Plantea que cuando el vínculo del niño con la madre es complejo los lactantes podrían llegar a presentar trastornos de diferentes índoles. Sostiene que cuando la carencia de relaciones objetales hace imposible la descarga de impulsos agresivos, el lactante volvería la agresión sobre sí mismo. Además plantea que una de las condiciones necesarias para que el niño adquiera una depresión analítica es que haya estado anteriormente en buenas relaciones con su madre.

Estos planteos sobre los impulsos agresivos hacia las relaciones objetales se podrían relacionar con los aportes de Melanie Klein (1952) en sus obras "Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del bebé" y "La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del Yo"; ya que plantea que cualquier frustración e incomodidad sería atribuida al pecho malo es decir el pecho odiado adquiriría las cualidades oral-destructivas de las propias pulsiones del lactante cuando éste atraviesa estados de frustración y de odio. Dicha psicoanalista plantea que los ataques fantaseados contra el cuerpo materno desempeñan un papel considerable el sadismo uretral y anal, que se agrega muy pronto al sadismo oral y el muscular.

También los planteos de Sptiz sobre la importancia de las relaciones objetales para el buen desarrollo del niño se podría relacionar con el concepto de falso self del pediatra Winnicott. Winnicot (1967) sostiene que las fallas ambientales, el fracaso en la provisión básica del cuidado infantil, pueden producir una interrupción en el desarrollo del niño. Implicaría un derrumbe en el ámbito de confiabilidad del ambiente y que dicho derrumbe provocaría una ruptura de la continuidad existencial que podría llevar al sujeto a una adaptación mental forzada originando un falso self.

Winnicott describe al falso self como una distorsión de la personalidad que consiste en desarrollar desde la infancia una existencia ilusoria con el fin de proteger, por medio de una organización defensiva, al verdadero self.

Además Winnicott sostiene que la manipulación (handling) que realiza la madre en la fase de dependencia relativa permite al niño el control de sus propios impulsos. Plantea que las fuentes de la agresión proceden de las fases más precoces del desarrollo. Es por eso que resulta fundamental las funciones de holding y handling que realiza la madre para que el infante pueda lograr la integración y la personalización es decir manejar su propia impulsividad, contrarrestar posibles disociaciones y la actuación de los impulsos hostiles. La personalización refiere a la unión del yo con el cuerpo es decir adquirir la sensación de que el cuerpo aloja al verdadero self. Winnicott señala que la manipulación de la madre suficientemente buena es un pilar fundamental tanto en la personalización como en la integración del yo del bebé ya que facilita la coordinación, la experiencia del funcionamiento corporal y de la experiencia del self, es decir, de sí mismo.

El pediatra Bowlby (1968) también se interesó en las consecuencias psicopatológicas adversas que sufrían los niños relacionados con la pérdida de la figura de apego principal. En los primeros estudios que realiza sobre las situaciones traumáticas se centra en la separación o en la pérdida de la figura materna. Las consecuencias que encuentra como resultado de la pérdida de la figura de apego son variadas, e incluyen todas las formas clínicas de la psicopatología, desde cuadros depresivos leves, enfermedades psicosomáticas, depresiones severas, desorganización psicótica de la personalidad, psicopatía entre otras. Dicho autor combina esta concepción con el vínculo de apego es decir la calidad psicológica del vínculo. Reconoce que la importancia del apego tiene a la vez que ver con la presencia y cercanía física de la figura de apego la cual llama la sensibilidad del vínculo de la madre hacia el niño. Por sensibilidad Bowlby entiende la capacidad de la madre para comprender, empatizar los estados emocionales del hijo y responder en consecuencia.

Plantea que hay tres tipos de apego: el apego seguro, ansioso resistente y autosuficiente. El apego seguro se caracteriza por la confianza que tiene el niño hacia sus padres ya que estos son accesibles, sensibles y colaboradores cuando este se encuentra en situaciones adversas o atemorizantes. Por lo tanto, con esta seguridad brindada se atreve a explorar su alrededor. Dicha pauta es favorecida principalmente por la madre en los primeros años de vida del niño, cuando se muestra fácilmente accesible y sensible a las señales de su hijo, y amorosamente sensible cuando éste busca protección y/o consuelo.

En cuanto al apego ansioso resistente el niño se encuentra inseguro de si su progenitor será accesible o sensible o si lo ayudará cuando lo necesite. Como consecuencia de esta incertidumbre, siempre tiene tendencia a la separación ansiosa, presentando aferramiento hacia su progenitor y por lo general se muestra ansioso ante la exploración del mundo. Dicha pauta, en la que el conflicto es evidente, se ve favorecida por el progenitor que se muestra accesible y colaborador en algunas ocasiones pero no en otras. Cabe señalar que también dicho conflicto es favorecido por las amenazas de abandono utilizadas como medio de control.

En cuanto al apego autosuficiente el niño intenta vivir su vida sin el amor y el apoyo de otras personas, intenta volverse emocionalmente autosuficiente. Bowlby sostiene que dichos niños con este tipo de apego podrían ser diagnosticado en un futuro como narcisistas o como poseedor de un falso sí, como plantea Winnicott.

Por lo tanto, el vínculo de apego incluye la disponibilidad física de la figura de apego y la respuesta empática de la misma; y cualquier perturbación importante de esos dos factores podría llegar a establecer una perturbación importante en el desarrollo emocional del niño.

Conclusión

Se concluye que la falta de sensibilidad del vínculo por parte de las figuras parentales hacia su hijo podría ser una contribución importante para el desarrollo de diversas psicopatologías. Por ende, se considera que la carencia afectiva sería un problema que repercute en el desarrollo tanto físico como psicológico de los niños por la falta de afecto, cariño, amor y protección de sus padres.

Por lo tanto, al igual que plantea Spitz y Winnicott es indispensable un clima de seguridad y afectivo, garantizado generalmente por el objeto de la libido, para que el niño pueda generar un buena integración de su yo.

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Escrito por

Lic. Trinidad Soto Acebal

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