¿Qué perdí al perder a mi pareja?
"Mi pareja era todo para mí". Si no podés aceptar la pérdida, no elaborás el duelo y puede manifestarse en síntomas corporales, crisis existencial, duelo patológico, depresión o melancolía.
Con frecuencia consultantes llegan llorando, en carne viva, por una pareja que los "dejó" hace años y está presente como un obstáculo angustioso, impidiéndoles continuar con su vida.
Estas personas relatan que trataban mal a su pareja, iban y venían, eran infieles, hasta que el otro un día dijo basta y terminó la relación "destruyéndolas".
Lo insoportable es que la decisión fuese del otro; sienten una herida narcisista, que "dejan de ser" desde el vínculo de dependencia emocional que establecían, la necesidad de calmar angustias, vacío.
Esa relación les daba el sentirse "sí mismo"; por miedo al abandono cada tanto abandonaban, poniendo a prueba, demandando siempre más. Con celos excesivos, desde la propia inseguridad, en una relación tóxica.
Focalizándose en sí mismo amar al otro es necesitarlo para sentir que se es, se tiene un valor como persona: ese vínculo daba la ilusión de un yo consistente, omnipotente, autosuficiente.
Por eso es inaceptable esa pérdida: junto con la pareja se pierde parte de la pseudo-identidad, valoración, seguridad, confianza -en sí mismo-.
Quedan fijadas en la negación y depende de cada estructura cómo se manifiestará la pérdida:
- En síntomas corporales -más del lado de lo psicosomático que de la histeria-.
- En crisis existencial, al perder junto al otro el propio ser y el proyecto de vida, el futuro imaginariamente construido.
- En duelo patológico y/o depresión: cuando el otro funcionaba como espejo, con ambivalencia, habrá grados de dificultad para pasar a siguientes etapas del duelo: enojo, dolor, aceptación.
- En melancolía: extremo de duelo patológico, se pierde totalmente el propio yo, identificado con el otro.
Con terapia Cognitivo Conductual e Hipnosis trabajamos en re-distribuir un mosaico de identificaciones actuales y primitivas, posibilitando la transformación del patrón de vínculos interno: de la dependencia hacia la autonomía. A la vez que acompañamos en la elaboración del duelo, hasta quedar libre la energía psíquica para comenzar nuevas relaciones, desde la autonomía y el deseo. Disfrutar desde un sentirse pleno consigo mismo la compañía de un otro.
Fuentes Consultadas:
Duelo y Melancolía, Freud, S
Psicoterapias Breves, Fiorini, H
La restauración del sí mismo, K. Heinz
Hipnosis Clínica, Erickson, M
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