¿Se puede fomentar la autoestima en los niños?

Lo más natural en las relaciones familiares es enseñarle a los hijos todo lo que nosotros somos, ó lo que hubiéramos querido ser ó hacer. En ese camino es que ponemos en evidencia todas nuestras fallas, nuestros miedos é inseguridades, las frustraciones ó actitudes que creemos cualidades adquiridas que quizá no lo son tanto.

Los niños y las niñas perciben todo lo que hacemos, decimos y también lo que no hacemos y así se copian de nuestras fallas y actitudes negativas, igual que en un espejo. Claro que también adquieren conductas positivas, pero con menor intensidad que las otras.

Por esto es que mantener un equilibrio emocional, un entorno de amor y respeto es importantísimo para cultivar en los niños sentimientos y actitudes beneficiosas. Tenemos que dejar de pensar que somos el mejor ejemplo a seguir por nuestros niños, desconfiar de nuestras propias seguridades y revisarnos constantemente en familia.

También debemos autocriticarnos y rectificarnos en nuestra manera de educarlos. Pensar si así como lo estamos haciendo nuestros hijos aprenden a desarrollar el amor y el respeto por ellos mismos, y sobre todo la autoestima.

¿Es posible fomentar en ellos la autoestima? Acá te sugerimos algunos consejos básicos:

Demostrá amor incondicionalmente

No sólo tenemos que amar a nuestros hijos, también tenemos que decírselo, mostrárselo, que ellos sientan ese amor incondicional a pesar de todo. En los buenos y los malos momentos, cualquiera sea la situación y el carácter de cada uno. Sólo en la aceptación de una persona tal y como es puede desarrollarse la autoestima. Si tenés que retar a tu hijo ó castigar una conducta, que quede claro para él que es su comportamiento el que no es aceptable, y no él mismo en su totalidad. No son adecuadas frases como "sos malo" ó "tenés que ser bueno"; sino "no te comportes así", "eso no estuvo bien".

Buscá momentos de exclusividad para compartir con ellos

Dedicáles tiempo en donde tu atención hacia ellos sea completa. Si son varios hermanos, buscá momentos para cada uno por separado. No importa si trabajás muchas horas ó tenés responsabilidades más urgentes. Aunque sean algunos minutos en el día, si son de calidad los niños saben agradecerlo. Si sienten que son importantes para sus seres más cercanos, contribuirás a la autovaloración.

Poné límites

Sé amable pero estricta. Establecé reglas de convivencia en la casa, como los horarios de televisión, ó lugares de comida, como "no comer en la cama", la hora de las tareas ó el baño. Y cuando lo hagas aseguráte de que esas reglas se cumplan, tratá de no poner "excepciones" o dejarlas "para mañana." Cuando un niño aprende a respetar reglas está aprendiendo a sentirse seguro porque sabe que puede cumplir con una responsabilidad que le estás dando; y no las percibirá como un castigo. Por tu parte decile que confiás en él ó en ella y que estás muy contenta porque logran lo que esperás de ellos.

Dales opciones

Los ayudarás mucho si ante cada cosa les ofrecés dos alternativas. Por ejemplo si prefieren ésta ó aquella ropa, tal ó cual desayuno. Los más chiquitos no están preparados para optar entre más de dos opciones. Así desarrollan la capacidad de decidir por ellos mismos y fomentar la autoestima.

Dejálos cometer errores

Si se rompe algo no te enojes ni les grites. Aprovechá ese momento de tensión para conversar juntos sobre las maneras de hacer mejor las cosas. Que tus hijos sepan que es natural cometer errores, y no se los castigará por eso. Pero está mejor aún poder reflexionar acerca de los errores para no volver a cometerlos en el futuro. Si nosostros reconocemos nuestros errores como madres ó padres y los corregimos, los hijos aprenden lo mismo sin miedo a ser castigados.

Hacéles fácil los procesos de aprendizaje

Creá en los espacios del niño verdaderos espacios infantiles. Aún si tu casa es muy pequeña, siempre se puede -con creatividad- distribuir las cosas de cada miembro de manera que todos se sientan en "su hogar". Así sea un rincón de la casa, si tu hijo siente que hay un lugar dedicado a él y a sus cosas, un entorno colorido, amigable, donde los juguetes estén a su alcance y pueda esparcirlos (aunque después tenga que ordenarlos) se sentirá muy a gusto y apreciado. Habitamos un mundo donde todo está hecho a la medida de los adultos. Donde todo es peligroso, incómodo, hostil, prohibido. El hogar debe ser el refugio de nuestros hijos y es importante crear para ellos un espacio a su medida y placer. No te enojes tampoco si rayan las paredes. Si tenés espacio en la casa pintáles una pared con pintura de pizarra y explicáles que ahí pueden dibujar a su gusto.

Dejá que su imaginación vuele, y con ella la autoestima. Al facilitarle recursos también le estarás enseñando a ser independiente y satisfacer sus propias necesidades.

Celebráles las cosas positivas

Solemos pasar por alto las cosas que nuestros hijos hacen bien, porque las vemos como lo "correcto", sin embargo no les dejamos pasar una cuando cometen errores. Decíles a tus hijos que celebrás las cosas que él hace bien y hacélo en voz alta para que todos escuchen. Comentálas con los miembros de la familia, con amigos ó vecinos que tengan contacto con el niño ó la niña. Ellos se sentirán muy bien consigo mismos y con vos. Sentirán que lograron algo muy bueno y además de repetirlo, engrandecerán su autoestima.

Aceptá sus emociones

Aunque estés cansada de escuchar berrinches y malas contestaciones, respirá profundo y tratá de ponerte en el lugar de tu hijo. Si se enoja porque no quiere salir a hacer mandados con vos porque está jugando tranquilo en la casa, pensá que para él puede significar algo grave. Explicále que deben salir porque tenés que hacer cosas importantes y no podés dejarlo solo en casa, que luego seguirá jugando como antes. No le digas que sus juegos no son importantes y tus cosas sí, decile que comprendés que se ponga triste porque te importa lo que él siente.

Evitá las comparaciones

No compares a tus hijos entre ellos, cada quien es como es, y tenés que amarlos a cada uno tal cual son. Que una no sienta que es mejor ó peor que el otro, porque pondrás a competir a tus hijos y eso sólo logrará sentimientos de rencor y envidia entre ellos. Colaborá para que cada uno de tus hijos se valore a sí mismo.

Reconocé tu propia autoestima

Es importante que tus hijos vean que tu autoestima está bien alta. Queréte, animáte a equivocarte y corregirte sin dramas ni enojos. Tus hijos copiarán tus actitudes positivas sin duda y ayudarás a que ellos desarrollen las suyas naturalmente.

¡Alentálos!

Ayudálos en lo que no puedan hacer solos y dejálos hacer cuando los veas seguros ó con ganas de experimentar sus propios logros. Está más atenta a las cosas positivas felicitándolos y contá hasta 10 antes de enojarte cuando hacen algo incorrecto. Demostráles que los amás a pesar de los retos y confiás en sus decisiones aunque sean elementales y sobre pequeñas grandes cosas.

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