Enfrentar nuestros miedos

Las expectativas ajenas suelen llenar nuestra mochila y dejarnos sin espacio para las propias, para las que nos conducen a lo que nos hace sentir bien.

28 OCT 2019 · Lectura: min.
Enfrentar nuestros miedos

Transitamos la vida sosteniendo estructuras, mandatos sociales y familiares, intereses, expectativas, etc que se nos ofrecen cuando damos por iniciado nuestro trayecto en la sociedad, a modo de instrucciones para no fallar y seguir cierta línea. En la adolescencia titubeamos, nos tiemblan las piernas, nos da vértigo seguir caminando por esa “línea" ya que cada vez la vemos más delgada y el “miedo" a caer se intensifica. Pero, la adultez te vuelve a poner cara a cara con este monstruo que solo se hace presente para atormentarnos, para decirnos lo que hicimos mal o lo que aún no hicimos. Pero, ¿hasta cuando? el poder de que nos paralice, nos hostigue lo damos nosotros. Escucho a diario la expectativa ajena volcada en un otro como si se tratara de un balde cargado de cosas que ya no nos sirven y buscamos llenar los vacíos de ajenos con esta mugre. Preguntas del tipo y vos, ¿Cuándo te recibís? ¿Para cuándo el novio-casamiento? ¿Cuándo van a ser padres? Y así podría extenderme en una lista interminable, porque interminables son las expectativas ajenas. Porque a decir verdad no esperan mucho más de nosotros que lo que se espera de ellos, pero no todos tienen la capacidad para verlo. Hay que comenzar a escucharse más, a sentir qué nos moviliza, qué deseamos, qué queremos e ir detrás. Mirar al monstruo del miedo a los ojos, intimidándolo con nuestras convicciones, con lo que nosotros busquemos de nosotros y no la sociedad. Porque los mandatos pueden seguirse o dejarse atrás, en una vitrina familiar, desempolvando cada tanto para poder ver cuán distintos fuimos capaces de ser, y cuán felices logramos encontrarnos y sentirnos con ese cambio. Somos seres independientes, no hay uno igual al otro, entonces ¿por qué habría idénticas instrucciones de cómo armar nuestra vida? La aceptación de uno mismo y del otro es ingrediente necesario para vivir en armonía. Aceptar que nuestras necesidades son y serán distintas, que nada debe darse por entendido si no es hablado y manifestado, y que las expectativas cuando son volcadas en un otro y no en uno mismo, dañan, seguramente siempre. Porque nos descarrilamos cuando nuestro gps va en dirección de lo que otros buscan construir de nosotros, y no vamos detrás de nuestras propias expectativas.

¿Querés seguir leyendo?

¡Muy fácil! Accedé gratis a todos los contenidos de nuestra plataforma con artículos escritos por profesionales de la psicología.

Al continuar con Google, aceptás nuestras Condiciones de uso y Política de Protección de Datos


PUBLICIDAD

Escrito por

Lic. María Florencia Baroni Galli

Ver perfil
Dejá tu comentario

PUBLICIDAD

últimas notas sobre autoestima

PUBLICIDAD