Pareja, matrimonio, esposos

Eran muy pocas las excepciones donde solo estaba la instancia de unión legal, por otro lado también existía y existe lo que se llama "concubinato", que hace referencia a una convivencia prescindiendo de ambas uniones, la legal y la religiosa; pero en el siglo pasado y aún ahora, esa palabra nos remite imaginariamente casi a algo promiscuo y que estuviera referido a una acto ilícito, cuando en realidad solo describe la convivencia de dos personas bajo un sentimiento de afecto y decisión mutua. De alguna manera no explicita, el concubinato era una unión "mal vista" por la sociedad.

Desde el punto de vista de la religión católica, lo que Dios a unido solo Él lo puede separar, y pensándolo un poco ahora, la manera que Dios emplea para separar a dos personas que se casaron y unieron en matrimonio ante Él, es la muerte misma de uno de los esposos, y de ahí surgiría la conocida frase "hasta que la muerte los separe".

¿Y el amor?

Se supone entonces que a esos seres que Dios unió y que solo Él puede separar, va a estar enamorados siempre, porque Dios así lo determinó.

Hechas estas aclaraciones sobre las uniones y casamientos, voy a intentar hablar de amor..., sin ponernos románticos, claro está.

Creo que existen relaciones amorosas que concluyen con la muerte de uno de sus integrantes, independientemente del Derecho Canónico que establece las leyes de la iglesia católica. Propongo también aceptar otras culminaciones de las relaciones amorosas que pueden mensurarse en el tiempo. (Nada escapa a esa ley universal de la existencia que es el principio, desarrollo y final de todo proceso, acuerdo, afecto, vida, conflicto, etc. (No hay mal que dure cien años...).

Pensemos también, diferentes matices, etapas o reformulaciones de una unión amorosa de pareja.

Podemos ubicar a los primeros momentos del encuentro entre dos personas a lo que solemos nombrar como "período de enamoramiento".

Homologando esto a una especie de fascinación, encantamiento, encandilamiento. Quizá ayude a entender esto último la analogía entre el encuentro de una liebre cruzando la ruta y las potentes luces de un auto en la noche. El animal y el conductor quedan consternados, paralizados, aunque cada cual por razones diferentes.

Este instante dramático, también puede pensarse en el marco del amor entre dos personas con el instante ya no dramático sino más bien romántico del hallazgo.

Transcurrido un tiempo, que no es tan importante precisar, aparecería alguna dimensión racional.

En las etapas iniciales nos olvidamos de las aristas humanas, de las imperfecciones, todo es idílico, ideal, todo se da como "anillo al dedo", obviamente aludiendo a la alianza matrimonial que vendría luego.

Entonces, una manera de entender el amor y quedar más libres de sensaciones de desilusión, podría ser que muchos casos, luego de la elección "inconsciente, fascinante, reveladora y perfecta", puede seguirle un amor racional, de elección, que no anule a la primera etapa, sino que se complemente con esta parte consciente.

"Te elijo porque te quiero, porque sos lindo/a, tenemos buena química, coincidimos en esto y lo otro y a pesar de nuestras diferencias podemos llevar adelante una relación de pareja saludable y humana"

Lo que no deberíamos perder de vista es que, ninguna relación unida por Dios, las leyes o el hecho mismo de elegirse, es eterna o inmodificable a través del tiempo.

Me pregunto: Las esposas como dispositivos de seguridad utilizados por la policía, resultan muy poco agradables para el sujeto inmovilizado con ellas, ya que presumen de inviolabilidad.

Pensar a la pareja de esposos con esta lógica inexorable ¿no resulta opresiva o represiva?

Pensar esto último, por antipático que parezca, nos puede ayudar a transitar nuestro amor, o nuestros sucesivos amores con más seguridad y calma.

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